Franco Germán Camilión, de 25 años, y el oficial de Marina, Leopoldo Fernando Narváez, de 27, fueron condenados el viernes a la pena de cuatro años de prisión efectiva por el transporte de cocaína y marihuana a la localidad de María Grande. Ambos, además, deberán pagar una multa económica y seguirán bajo arresto domiciliario hasta que el fallo quede firme.
Noemí Berros, presidente del tribunal unipersonal del Tribunal Oral en lo Criminal Federal de Paraná, dio a conocer la parte resolutiva de la sentencia. En la misma sostuvo que tanto Camilión como Narváez eran coautores del delito de Transporte de estupefacientes, porque los dos tenían el dominio funcional del hecho tal como sostuvo el fiscal general José Candiotti en su acusación.
A su vez, Berros informó que los condenados deberán pagar una multa de 54.000 pesos cada uno, pero como el integrante de las Fuerzas Armadas tenía al momento de ser arrestado 26.000 pesos, solo deberá pagar lo que resta para poder cumplir. También la camarista rechazó declarar nulo el procedimiento como pidió la defensora oficial que representó a Narváez, En su alegato, Noelia Quiroga había sostenido que no se constataron razones de urgencia para proceder a la requisa del vehículo y los automovilistas durante la madrugada como hizo Gendarmería. Por su parte, los defensores de Camilión, José Velazquez y Pedro Fontanetto D’Ángelo, adelantaron que irán en Casación porque no están conforme con el fallo. Fontanetto D’Ángelo aseguró a UNO que su representado no tuvo participación fundamental ni esencial en el hecho endilgado, y aclaró: “Si es que intervino, nosotros consideramos que la intervención fue secundaria”.
Del asado a la cárcel
Los dos procesados dicen ser amigos. Es más, la madrugada del 4 de marzo cuando fueron arrestados por Gendarmería durante un operativo de control vehicular en la ruta 10 dijeron que regresaban a María Grande tras comer un asado con otros amigos en Paraná.
La requisa en el interior del Fiat Súper Europa de la madre de Camilión arrojó un kilo de cocaína y dos de marihuana.
Narváez dijo que eran de él, pero ni los gendarmes ni la Fiscalía ni la camarista Berros le creyeron, por eso los dos terminaron condenados.
El jueves, el fiscal general José Ignacio Candioti sostuvo que estaba acreditada la coautoría de ambos en el transporte de estupefacientes, porque los dos tenían el dominio funcional del hecho. Dijo que había una división de roles: Narváez aportó el capital y Camilión los contactos.
Argumentó en que previamente a emprender el viaje relámpago desde María Grande a Paraná, Narváez había retirado 370.000 pesos del Banco Nación a las 17.35 del 3 de marzo. Camilión, por su parte, tenía mensajes de texto en su celular, donde clientes le pedían que venda “faso y pala”, es decir, marihuana y cocaína. Justamente lo que llevaban en el auto.
El fiscal dijo que tenían capacidad para abastecer dos veces a toda la población de la localidad de Paraná Campaña. También mencionó como agravante que Narváez es miembro de la Armada Argentina, tenía un deber especial representando a la Nación, pese a lo cual se dedicaba a vender droga. Ahora las partes intervinientes esperan que se den a conocer los fundamentos de la sentencia para elaborar la Casación y tratar de mejorar la situación de sus representados.
Fuente: Diario Uno.