Chile vive horas angustiantes, con una escalada de violencia que dejó 15 muertos, decenas de heridos y detenidos; saqueos, incendios de locales comerciales, entre otros hechos. Las protestas, que se iniciaron como un reclamo contra el aumento en el boleto del subte, terminaron en un estallido y con miles de manifestantes en las calles.
Facundo Pizzul es un crespense que vive y trabaja en Santiago, la capital del vecino país y en diálogo con “Mediodía 6” de Canal 6 ERTV, contó sobre los difíciles momentos que están pasando. “Hay mucho miedo de salir a las calles, hay militares por todos lados, hay pocos buses (colectivos), por lo que está difícil poder trasladarse. Yo estoy trabajando en un Instituto y al no poder movilizarse los alumnos, no tiene mucho sentido impartir las clases, si no pueden asistir”. Recordó que “todo comenzó el viernes por la tarde, empezaron a verse y escucharse muchos helicópteros y cuando salimos de trabajar, nos avisaron que había problemas y que estaban tirando gases lacrimógenos. Las protestas fueron por el aumento en la tarifa diaria del metro, ese fue el punto de inicio” acotó.
Pizzul, comentó: “En Argentina, nunca me fue mal respecto al trabajo y al dinero, pero me vine a Chile, porque creía que estaban mejor, pero visto desde afuera, desde otra economía, cultura y enfoque social… Lo que acá se está exigiendo y pidiendo, es poder jubilarse con un buen sueldo, un poco de regulación en las tarifas de transporte… Lo del aumento de las tarifas del metro fue la gota que colmó el vaso. Es como una ‘bola de nieve’ que llegó hasta lo que está pasando ahora. El viernes, lo único que se reclamaba era eso, pero después fueron apareciendo todos los otros descontentos que tienen los ciudadanos chilenos y que lo traen desde hace muchos años, hasta llegar ahora, a pedir la renuncia del presidente (Sebastián Piñera)”.
– Para hacer una comparación de precios con Argentina, ¿cómo es el costo de vida en ese país?
– En realidad, uno con un sueldo promedio todavía no lo sufre, yo vivo bastante bien y puedo comprar todo lo necesario. Sí, los precios en cuanto a alimentación son estables, pero el estilo de vida es más caro en Santiago…
– ¿Cómo es el contacto con sus familiares, amigos en estos tiempos donde reina el caos y la preocupación?
– Están todos preocupados… Yo no estoy saliendo mucho por la inseguridad más que nada. Es muy fuerte ver militares en las calles o personas saqueando supermercados. Uno anda con miedo y si bien estamos saliendo poco, cuando lo hacemos, estamos mirando para todos lados, porque no sabés que puede explotar y en qué momento. La gente está muy nerviosa y hay que andar con cuidado…
Fuente: El Observador.