El hecho ocurrió en 2019, durante el carnaval llevado a cabo en la ciudad de Viale. Los policías le propinaron golpes con la cachiporra, de puño y patadas al detenido, ocasionándole lesiones múltiples en todo el cuerpo.
Un alboroto que se armó en un festejo de carnaval en la ciudad de Viale, el año pasado, terminó con un hombre detenido y brutalmente golpeado en la comisaría local. La denuncia terminó con dos policías imputados que, un año después, confesaron y acordaron ser condenados en un juicio abreviado.
Aquel sábado 16 de febrero de 2019 una multitud asistió al espectáculo con artistas locales y provinciales. A las 5 del domingo ya había concluido la jornada con un cierre a puro ritmo con Los Príncipes. En ese momento, policías que estaban cumpliendo adicionales en el Festival detuvieron a Ángel Gabriel Zaragoza sin razón alguna. El joven discutió y forcejeó con los uniformados, sin saber que unas horas después terminaría asistido por un médico. Tras sufrir una golpiza, fue directamente a la Unidad Fiscal de Paraná a denunciar a sus agresores.
La causa fue instruida por el fiscal Juan Francisco Ramírez Montrull, y a lo largo del año pasado se llevaron a cabo distintas medidas para esclarecer el hecho e identificar a los responsables. Así se pudo determinar que aquella madrugada, minutos antes del amanecer, en calle Entre Ríos de la localidad de Viale, los policías Gonzalo Hereñú y Javier Godoy procedieron a propinarle golpes con la cachiporra, de puño y patadas a Zaragoza, ocasionándole lesiones múltiples en todo el cuerpo, publicó DiarioUno.
El médico forense Walter Aguirre, en su informe presentado a la Fiscalía tras auscultar al lesionado, observó lesiones provocadas por “golpes violentos, de elemento duro, alargado y bordes redondeados”. Zaragoza presentaba hematomas alargados en la espalda, con distancia de dos centímetros entre cada uno de ellos, así como en los hombros, en los laterales del tórax, el pecho y el abdomen; también sufrió hemorragias en los ojos y párpados negros por las piñas, hinchazón en el rostro, golpes en los oídos con disminución de la audición derecha y cortes en el cuero cabelludo.
Hubo dos testigos que observaron distintos momentos de la secuencia de la detención y golpiza que permitieron acreditar el relato veraz del denunciante, aunque la identificación de los policías agresores no fue tan sencilla. Por un lado hubo ruedas de reconocimiento de personas que tuvieron resultados negativos, e incluso con señalamientos a policías que no habían estado esa noche trabajando en Viale. Este error pudo ser subsanado con el informe de la Dirección de Asuntos Internos de la Policía, que indicaba que los mismos no habían prestado servicio en la comisaría de la localidad al momento de los hechos investigados.
Por el contrario, el informe del comisario principal que estaba a cargo de la comisaría de Viale sostenía que entre las 22 del 16 de febrero y las 7 del día siguiente, Godoy estaba de guardia en la dependencia policial, y además pasó la nómina de los uniformados que se encontraban afectados al servicio de policías adicionales en el evento de carnaval, donde figuraba el nombre de Hereñú. Este fue señalado en una rueda de reconocimiento recién en agosto de 2019 por Zaragoza y uno de los testigos, lo cual terminó de ser corroborado por otra nota de Asuntos Internos que confirmó que estaba en la comisaría esa noche.
En cambio, nadie había señalado a Godoy, pero quedó comprometido con las declaraciones de testigos que afirmaron que uno de los policías que habían intervenido en la golpiza era “pelado y gordito”. La Fiscalía afirmó que el único policía con esas características físicas que estaba cumpliendo funciones en ese turno en la comisaría de Viale era Godoy.
En cuanto a los motivos del episodio nunca quedó del todo claro, pero sí se sabía que había una bronca previa entre Zaragoza y los policías. Aparentemente el joven que tenía una pollería, según una versión de fuentes cercanas a él, no era de callarse nada y discutía con los uniformados.
El jueves, en los Tribunales de Paraná, se presentó el acuerdo de juicio abreviado ante el juez de Garantías Nº 2 Eduardo Ruhl. El fiscal Ramírez Montrull y los imputados, asistidos por el defensor oficial Sebastián Lescano, suscribieron el acta en el cual los policías consintieron cumplir dos años de prisión condicional por el delito de Vejaciones. Cabe remarcar que la víctima de la causa, representada por el abogado Juan Pablo Temón como querellante, dio su anuencia a esta solución.
Además de dicha pena, los policías acordaron no dejar de trabajar en la fuerza, pero purgarían cuatro años de inhabilitación especial para portar armas de fuego y estar a cargo de detenidos. También estarán sometidos a reglas de conducta por tres años, entre estas realizar un curso de capacitación en Derechos Humanos y realizar trabajos no remunerados en un establecimiento de bien público.
En los próximos días, el juez Ruhl anunciará si homologa o no el acuerdo en una sentencia.
Fuente: Diario Uno.