La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que habrá que vacunar al 70 % de la humanidad para acabar con la pandemia. Las autoridades esperan que finalmente haya diferentes vacunas para así facilitar la disponibilidad de las dosis necesarias en todo el mundo.
Para acabar con la pandemia del coronavirus hará falta lograr que la población mundial esté vacunada “probablemente en un rango del 70 %”, sostiene la científica jefe de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Soumya Swaminathan, quien espera que finalmente haya diferentes vacunas para así facilitar la disponibilidad de las dosis necesarias en todo el mundo.
También la directora del Departamento de Inmunización de la OMS, Kate O’Brien, se mostró de acuerdo con esa estimación, al indicar que el número de vacunados debería rondar “el 60 o 70 %”, pero recordó con cautela que el objetivo a corto plazo, por el momento, es lograr que “cada país del mundo sea capaz de inmunizar al menos un 20 % de su población en 2021”.
“En ese caso, los grupos de mayor prioridad podrán tener algún grado de protección, lo cual no significa que simplemente terminemos de hacer todo lo que estamos haciendo”, señaló O’Brien en referencia al lavado de manos, distanciamiento social, mascarillas y limitación de contactos, según lo resumió en una sesión conjunta de preguntas y respuestas organizada este miércoles por la OMS.
“Esas cosas no van a desaparecer así como por arte de magia con la vacuna, tendremos que aplastar este virus utilizando todo lo que tenemos a mano”, aseveró la experta.
Swaminathan, por su parte, advirtió además que a estas alturas de las investigaciones es todavía imposible saber si las vacunas contra el covid-19 en las que trabajan diferentes países no solo garantizarán protección personal contra el virus, sino si también podrán impedir su transmisión.
De la misma manera, aún está por descubrirse si una vacuna –sea esta capaz de desarrollar anticuerpos en el organismo o de aportar la respuesta inmune de las llamadas células T– garantizará inmunidad total frente al Covid-19, o si solo ofrecerá un cierto grado de protección como para que, en caso de contagio, la ausencia de síntomas torne ‘invisible’ la potencial presencia del virus. En el segundo caso, la persona vacunada seguiría siendo un portador del virus e hipotéticamente podría representar un peligro para la sociedad.