Destacan los controles pero alertan por situaciones preocupantes que aún se producen. “Hay casos donde las personas fuera de sí se ponen a bailar arriba de la ruta”, señalan. Faltan controlar los decibeles y el ingreso de menores.
A nueve meses de la implementación de la resolución que establece normas para fiestas particulares, los vecinos de Sauce Montrull destacaron el cumplimiento de la medida.
El texto fue rubricado a fines de marzo entre el Ministerio de Gobierno, que conduce Rosario Romero, y el Presidente Comunal Carlos Salas, se recordó en un comunicado.
“Hoy cada vecino puede organizar una fiesta pero debe adaptarse a las normas vigentes, como en cualquier ciudad que tiene una ordenanza. Hemos logrado un código de convivencia que nos permite respetarnos entre nosotros y dejar de hablar de la zona gris o vacío legal”, contaron los vecinos autoconvocados.
“Las fiestas electrónicas de 15 horas han pasado a durar solo seis horas. Y como se achicó el margen de horas, ya no les conviene hacerla”, expresan los vecinos.
“Hay casos de casas quintas que organizan casamientos y no hay problemas, y también hay casos que no hacen los trámites correspondientes y la Policía las clausura”, sostuvieron.
“Las fiestas electrónicas eran un bumerán porque se las legislaba o iban a tener que pasar una tragedia para que se tomen medidas. Por suerte ocurrió lo primero. Ahora siguen habilitándolas y faltan aceitar algunos detalles; por ejemplo, controlar los decibeles y el ingreso de menores”, opinaron.
Y ejemplificaron: “El día después de la fiesta de disfraces organizaron una fiesta y no tenía servicio de enfermería, ni una ambulancia había. Y eran 500 personas. También tendrían que analizar las habilitaciones que están pegadas a las rutas nacionales. Hay casos donde las personas fuera de sí se ponen a bailar arriba de la ruta. Y no ponen adicionales de la Policía”.