En la edición impresa del periódico quincenal Nueva Zona, de Viale, que salió a la calle este viernes y ya fue agotada, publicó una columna de opinión de Guillermo Joaquín Gegenschatz (estudiante de Lic. en Periodismo), en la sección “La Voz del lector” sobre el flamente campeón del torneo de fútbol de Paraná Campaña, Unión Agrarios Cerrito. La misma se titula “Otra manera de ganar” y la pueden leer en la siguiente página.
Según un estudio realizado por la Universidad de Basilea, la autoestima es una causa- y no un efecto- de los resultados en la vida de una persona, por eso es tan fundamental para abrazar los objetivos. “El éxito es un ochenta por ciento emocional y un veinte por ciento técnica”, manifiesta Mariana Ferrari, profesora universitaria de Estados Unidos y coach certificada por Anthony Robbins (ícono de la psicología del liderazgo).
Esto quizá explique el porqué de la victoria y el campeonato de Unión Agrarios el pasado domingo ante un Viale FBC. que venía de demostrar una superioridad física y técnica, afrontando dos torneos en simultáneo con jugadores de experiencia y jerarquía como lo son Sergio Simón, Rubén Marín y Pablo Rodríguez, por nombrar algunos. Supo mantener regularidad y en el certamen chacarero fue en alza. Finalizó primero en la Zona Sur.
El Verde había comenzado la Liga con todo. Venció a los equipos más fuertes que se presentaban en esta edición: Arsenal, Litoral, Viale y Atl. María Grande. Sin embargo, tras las postergaciones por las elecciones primarias e inclemencias del tiempo, el panorama en la segunda etapa fue cambiando. Los triunfos ante los rivales anteriormente mencionados terminaron en empate y uno en derrota, precisamente, frente a la V Azulada. En la competencia fue de mayor a menor. Finalizó tercero en la misma zona.
Y ambos se encontraron en la final. En el primer tiempo del partido de ida en barrio La Loma se notó una diferencia de dominio abismal. Todos los que tuvimos la posibilidad de ver lo que ocurría en el campo de juego, sobre todo los simpatizantes de Unión Agrarios, sentíamos que la serie, recién al término de los primeros cuarenta y cinco minutos, con un 2-0 abajo, ya era irreversible. Ni el más optimista de todos podía pensar en que ésta iba a terminar siendo una definición heroica, como tantas otras. Hasta que ingresó Pepe, el Ángel del gol, que puso el 1-2 y sobre el cierre casi emparda las acciones con un remate de unos treinta metros. Nuevamente, Agrarios fue de menor a mayor.
En Cerrito, el conjunto de Omar Verón encontró la alegría ni bien arrancó el pleito. No obstante, Viale redobló las apuestas y se fue apoderando de los minutos restantes como en su casa, a pesar de la desventaja en el marcador. El encuentro tuvo su máximo esplendor en la etapa complementaria. Los dirigidos por Raúl Dipangracio consiguieron dos veces el empate, primero 1-1 y luego 2-2, hasta que Iván Aguilar en el minuto 40 decretó el resultado definitivo y estiró la final a un tercer cotejo. Cerrito fue, una vez más, de menor a mayor.
Siete días después las cosas iban a desarrollarse de otra manera. La V generó algunas situaciones de riesgo pero ya no con tanta productividad desde el centro hacia adelante. Los nervios y la ansiedad se hacían notar más que nunca. El grito sagrado sorprendió a propios y extraños cuando en un tiro libre desde la izquierda Nico Borghello descolocó con un cabezazo a Lucas Rodríguez, cuando todavía faltaban disputarse 13 minutos (una eternidad) para el pitazo final de Federico Beligoy.
Como si fuera poco, Pepe Benítez iba a tener su premio consuelo al desequilibrio en cada ingreso, reconocido en el último tiempo por todo su pueblo. Vio adelantado al 1 vielense, la envió por arriba y terminó con el sueño del rival. Por enésima vez, Unión Agrarios fue de menor a mayor.
El grupo de amigos, la disciplina, la humildad y el no creerse superiores a pesar de la adversidad en varias ocasiones, simplemente por competir en otra categoría y con jugadores de buen pie, fueron determinantes para conseguir este logro. Al Verde le bastó con la autoestima, un factor fundamental según lo expresado por una especialista en la materia. Un ochenta por ciento de lo emocional fue suficiente para abrazar este ansiado objetivo, echando por tierra cualquier pronóstico. El flamante campeón, de menor a mayor, mantuvo la constancia y fue consciente de que en el fútbol siempre hay otra manera de ganar.