Cuando se transita por la ruta 32, que cruza paralela a la avenida San Martín, se puede ver en horas de la noche frente al ferrocarril gran cantidad de jóvenes y algunos mayores que se encuentran bebiendo. Si bien hay una restricción en la venta de alcohol a menores es indudable que no se cumple en su totalidad esta medida. Ese es un buen lugar para un encuentro de amigos, compartir un mate, una charla pero no para que el alcohol haga sus efectos en quienes lo consumen y luego no sean dueños de sus actos.
Días atrás ocurrió una rotura de vidrios en un comercio de Urquiza y diagonal Belgrano, enfrente de donde se amotinan estos grupos. Fue en la madrugada del sábado anterior y se supo que un menor comenzó a dar puñetazos contra los vidrios rompiéndolos.
Por la zona del ferrocarril existe una senda peatonal y son muchas las personas que a primera hora de la mañana los fines de semana caminan por ella y se encuentran con cuadros que no son los mejores, además de tener que soportar las groserías que dicen quienes están obnubilados por los efectos etílicos.
Es indudable que desde el municipio deberán tomar cartas en el asunto y hacer cumplir la ley que impide la venta de bebidas alcohólicas a menores y la policía controlar que los mismos no beban en lugares públicos y cometan desmanes por donde mucha gente transita como una alternativa saludable. Fuente: Paralelo 32