La cerritense Julieta Puntín fue citada por el flamante entrenador de la selección argentina femenina de voleibol, Guillermo Orduna. La longilínea voleibolista deberá presentarse este lunes en las instalaciones del Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (Cenard) para comenzar a trabajar junto al nuevo ciclo del representativo Albiceleste que tiene como objetivo final llegar a los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016
La actual jugadora de Echagüe, entidad a la que emigró luego de alejarse de Estudiantes ya que no les permitían entrenar como una Liga Nacional lo amerita, quiere repetir la experiencia vivida el año pasado y además de volver a competir internacionalmente junto a Georgina Pinedo y Lucía Fresco, otras entrerrianas destacadas en el representativo nacional. “Voy un poco más tranquila, porque ahora sé cómo es la modalidad de entrenamientos y conozco a muchas de las chicas, a pesar de que hay nuevo seleccionador y que puede haber nuevas convocadas”, manifestó a días de partir.
“Voy a probar”. Le dijo Julieta Puntín a quien se le cruzó en el camino. Fue cuando la convocaron por primera vez con la selección argentina Mayor de voleibol, hace casi exactamente un año.
Terminaba de jugar
Sin embargo, la temporada que comenzó concretando sus máximas aspiraciones no terminó de la mejor manera. A fines de año el grupo que integraba debió optar por alejarse del club para poder seguir en la alta competencia.
Así fue que el 2013 comenzó con incertidumbre, más allá de que hace pocas semanas se confirmó la llegada de la mayoría de sus compañeras a Echagüe, que encarará un proyecto para jugar
Puntín concentrará desde el lunes por un lapso de dos semanas en el Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (Cenard), en el nuevo periodo de Guillermo Orduna al frente de la selección Mayor femenina.
“Voy un poco más tranquila, porque ahora sé cómo es la modalidad de entrenamientos y conozco a muchas de las chicas, a pesar de que hay nuevo seleccionador y de que puede haber nuevas convocadas”, le dijo a El Diario mientras cuenta las horas para partir rumbo a Buenos Aires.
Juli se enteró de la nueva cita por correo electrónico y no niega que se puso “nerviosa”, pero aclara que, respecto a la anterior, está “más tranquila y súper contenta. Los nervios vienen porque recuerdo que el año pasado fue muy difícil quedar y ahora no sé cuántas chicas de mi posición (central) serán llamadas”, explicó, antes de adelantar que irá como antes “a disfrutar y dejar todo”.
“Si tengo que seguir, lo haré, obviamente; si me tengo que volver, estaré muy feliz de entrenar en ese nivel”, es su fórmula.
Sobre su anterior experiencia, la entrerriana contó que “trato de acordarme de todo. Fue muy lindo y no sabía si se repetiría, así que disfruté cada momento. En un instante se me vienen un montón de imágenes de China, de los viajes en avión o de las juntadas a tomar mate en los hoteles de otros países”, enumeró, aunque su favorita es haber compartido salón de entrenamiento con el plantel masculino de Cuba, que jugaba por entonces test-matches con Argentina.
Deseosa de estar otra vez con la indumentaria oficial de
La lunga jugadora cerritense formó un trío de seleccionadas que el año pasado evidenció el buen trabajo de base del voleibol entrerriano. Compartió las dos competencias que protagonizó con la chajariense Lucía Fresco (actualmente en Alemania) y, sobre el final, con la villaguayense Georgina Pinedo (la capitana), de gran trayectoria por varias ligas de Europa.
“Georgina regresó al equipo sobre el final de nuestra concentración, al superar un post-operatorio, así que no pude estar mucho con ella. Lucía fue compañera de selección entrerriana una vez y ahora era una de las encargadas de llevar el mate a todos lados, así que me hizo muy bien sentirme con alguien del pago, como se dice”, contó, con remate risueño.