El nuevo arzobispo de Paraná viene de desempeñarse ocho años como obispo de Mar del Plata. En su asunción convocó a la “tarea apasionante de la evangelización en una época de cambios culturales, radicales y profundos”. El religioso llegó a la ciudad de Paraná este lunes arrobando al muelle de la Prefectura donde atracó la embarcación que lo traía por el río desde la Liga Naval, para luego dar comienzo al largo periplo que terminó con la ceremonia central en la Catedral Metropolitana. La asunción fue luego de haber sido designado en noviembre último por el Papa Benedicto XVI –Joseph Ratzinger–. El flamante titular de la jurisdicción católica local viene de desempeñarse en los últimos ocho años como prelado de Mar del Plata.
A Puerto Nuevo se acercaron alrededor de cien personas para darle la bienvenida al quinto arzobispo de la ciudad que asume tras la salida de Mario Luis Bautista Maulión, quien tomó el mando en 2003 y se retiró tras cumplir 75 años.
Al desembarcar fue recibido por el presidente del Honorable Concejo Deliberante de Paraná, Pablo Biaggini; la subsecretaria de Culto y Colectividades, Manuela Almeida –en representación de la Municipalidad–; y el ministro de Planeamiento, Infraestructura y Servicios. Guillermo Federik, por el Gobierno provincial.
Puiggari recorrió una alfombra roja de unos 30 metros mientras saludaba a los vecinos y a los representantes de las diferentes colectividades que lo recibieron con su atuendo tradicional. De fondo sonaba la diana de honor interpretada por la Banda de la Policía de Entre Ríos. En pocas palabras agradeció el recibimiento y, ante la intercepción de la prensa, lanzó lo que luego iba a repetir en la Catedral y que sería su mandato: “Continuar la obra de Maulión”, declaró.
El centro de la ciudad se vio unas horas antes cercado por un número importante de agentes de policía, quienes cortaron el tránsito de todas las calles que cruzan calle San Juan, por donde se desplazó el vehículo con el nuevo arzobispo. También en la intersecciones que rodean la Plaza 1º de Mayo.
Puiggari fue trasladado a la Municipalidad en una cupe convertible Chevrolet modelo 1947, que pertenece a un reconocido médico de la ciudad y fanático de los autos Ernesto Desio. En la puerta del Palacio Municipal lo aguardaban el intendente José Carlos Halle y el presidente de la Cámara de Diputados de la provincia, Jorge Busti. Ni bien se bajó del vehiculo que lo transportaba el prelado fue interceptado por Cachito Avellaneda, popular personaje de la ciudad, quien le dio la bienvenida con un extenso y afectuoso abrazo.
Una vez en el patio central del edificio comunal, el presidente municipal lo nombró Huésped de Honor y le dio la Llave de la Ciudad. Allí estuvieron también la diputada nacional Cristina Cremer y funcionarios municipales como Rosario Romero, Alejandro Cánepa y Mónica Barbabianca, entre otros.
VIVAS. El próximo destino de los primeros minutos como arzobispo de Paraná iba a ser la Catedral Metropolitana. Un número importante de feligreses se acercaron al templo para vivar a la nueva autoridad eclesiástica. “Viva la Iglesia, viva Paraná, viva el arzobispo”, se amplificó por los parlantes ante el aplauso prolongado de quienes se apostaron sobre calle Monte Caseros.
Puiggari bajó del automóvil en el medio de la algarabía y subió las escalinatas que estaban custodiadas por un cordón de policías de un lado y los abanderados de escuelas y colegios en su mayoría católicos y de otros cleros. Antes de abrir la puerta de la Catedral, ritual que se hace en cada asunción de un arzobispo, bendijo a los que tuvo a su alcance con agua bendita. De fondo la música sonaba música coral de ocasión. A un costado, una pantalla gigante mostraba lo que sucedía en las primeras filas. Luego se transmitió la misa.
Las palabras de recibimiento estuvieron a cargo de su antecesor. Mario Maulión hizo un reducido recorrido por los lugares que ocupó su sucesor e hizo mención a la época en que Puiggari estuvo al lado de Estanislao Karlic. Cuando se nombró a este último, los presentes aplaudieron.
Una vez en el atrio, y tras haber saludado a todos los obispos presentes (ver aparte), el flamante prelado dio inicio a una lectura que tenía preparada. Así, se ofreció a ayudar y servir “con las pocas fuerzas” que le quedan y convocó a la “tarea apasionante de la evangelización en una época de cambios culturales, radicales y profundos”, en donde desde la Iglesia se debe “proclamar que conocer a Jesucristo por la Fe es nuestro gozo”, sostuvo.
EL HOMBRE. Puiggari nació en Buenos Aires el 21 de noviembre de 1949. Por línea materna es sobrino del presbítero Luis María Etcheverry Boneo, hoy en proceso de beatificación. Entre sus antecedentes, se destacan que cursó sus estudios primarios y secundarios en el Colegio San Pablo, de Buenos Aires, de donde egresó como bachiller en 1967 figurando entre los alumnos más distinguidos.
Se graduó como licenciado en Filosofía en la Universidad Católica Argentina (UCA), y en la Conferencia Episcopal Argentina es miembro de la Comisión de Ecumenismo, Eelaciones con el Judaísmo, el Islam y las Religiones (Ceerjir). De todos modos, se hace referencia que conoce de primera mano la realidad de la Iglesia católica local, ya que estudió en el Seminario de Paraná y fue ordenado sacerdote el 13 de noviembre de 1976 en la Catedral, por monseñor Adolfo Servando Tortolo. Integró el equipo de superiores del Seminario, y en 1992 fue designado rector, cargo que retuvo hasta que en 1998 el Papa Juan Pablo II lo designa obispo auxiliar de Paraná.
Presencias
DE ACUERDO A LOS DATOS QUE APORTÓ A EL DIARIO la oficina de prensa del Arzobispado de Paraná, entre los prelados que estuvieron en la ceremonia de asunción aparecen José María Arancedo (Santa Fe); Antonio Marino (auxiliar de La Plata); Alfonso Delgado (de San Juan); Ramón Dus (Reconquista, Santa Fe); Carlos María Franzini (Rafaela); Gustavo Arturo Help (Venado Tuerto, Santa Fe); Jorge Lozano (Gualeguaychú); Carlos Humberto Malfa (Chascomús, Buenos Aires); José Luis Mollaghan (Rosario); José Angel Rovai (Villa María, Córdoba); Eduardo María Taussig (San Rafael, Mendoza); Luis Teodorico Stöckler (Quilmes, Buenos Aires); Hugo Bárbaro (Presidencia Roque Saenz Peña, Chaco); Luis Armando Collazuol (Concordia); y a nivel local, Daniel Fernández (auxiliar de Paraná); Estanislao Karlic (cardenal, emérito de Paraná); y Mario Maulión (el arzobispo saliente).