Desde Agmer Paraná aseguran que las partidas para comedores escolares resultan “insuficientes”. Señalan que algunos establecimientos “reciben 2 pesos, en otros sólo 1,80” por alumno. Reclaman que el gobierno convoque a una mesa de negociación. La de Puerto Víboras es una de las escuelas afectadas por la escasa inversión en partidas alimentarias. La secretaria adjunta de la Asociación Gremial del Magisterio (Agmer), seccional Paraná, Alejandra Gervasoni, denunció que tanto en la escuela 188 de nivel primario, Bazán y Bustos, ubicada en la zona del Volacadero, como en la escuela 166 Profesor Facundo Arce de Puerto Víboras fueron detectados casos de “chicos con casos de desnutrición -grado 2– y con bajo peso”.
“El viernes pasado realizamos una movilización para manifestarnos por la baja de categoría dispuesta por el Consejo General de Educación (CGE) –que luego fue derogada– y un grupo de madres de la escuela 188 nos contaron que sus hijos presentan un grado de desnutrición de nivel 2. Según nos manifestaron trataron este problema en los centros de salud de la zona”, detalló la dirigente en diálogo con unoentrerios.com.ar.
Ante este inconveniente los directivos “no saben qué hacer y en algunos casos le terminan pidiendo dinero a las cooperadoras, como una estrategia para obtener fondos”.
El reclamo de un aumento en las partidas para comedores escolares se remonta a 2008, cuando según explicó Gervasoni se había exigido “5 pesos por alumno; hoy tendríamos que estar percibiendo 8 pesos”.
La poca inversión complica el funcionamiento de escuelas especiales, de jornada completa y de jornada completa con anexo albergue. “La mayoría de las escuelas reciben 2 pesos por cada alumno, en otros casos sólo 1,80 pesos”, destacó Gervasoni.
Uno de los casos más particulares se advierte en la Escuela 21 de Anacleto Medina, donde parte de los recursos por ese concepto se utilizan para comprar la garrafa”, agregó la sindicalista.
Consultada por la situación de la institución de Puerto Víboras aseveró que “a los problemas de alimentación que padecen los chicos se le suman las falencias estructurales: los chicos se quedan a dormir en colchones de cinco centímetros de espesor”.
Desde adentro
Si el primer diagnóstico proporcionado por la dirigente de Agmer reveló la gravedad del problema, el testimonio de la delegada gremial de la Escuela 188 de nivel primario “Bazán y Bustos”, Manuela Ruiz, no hizo más que corroborar el estado de vulnerabilidad en instituciones educativas del Departamento Paraná.
“Producto de la mala alimentación tenemos alumnos con serias dificultades de aprendizaje; los cocineros tienen que hacer magia y administrarse para brindar una alimentación variada”, analizó.
La matrícula de alumnos asciende a 500 y casi el 90% concurre al comedor que proporciona la comida diaria. “Algunos niños se nos caen redonditos cuando estamos izando la bandera”, puntualizó.