María Grande vivió un fin de semana largo a pérdidas: el mayor atractivo turístico de la ciudad, ubicada a 70 kilómetros de Paraná, las termas, no funcionaron. Aunque buena parte de los visitantes decidió quedarse, otros tanto escogieron marcharse, y por eso mismo los responsables de la administración del complejo debieron devolverles lo que habían pagado por la reserva y estadía. Un grave problema en el sistema de bombeo, y la quema del motor, dejaron sin funcionar a la docena de piletas adonde la gente disfruta de la tibieza del agua termal.

Aunque buena parte de los visitantes decidió quedarse, otros tanto escogieron marcharse, y por eso mismo los responsables de la administración del complejo debieron devolverles lo que habían pagado por la reserva y estadía.


Alterados
Cielo Rezzet, tesorera de Termas de María Grande, respondió algo incómoda las consultas, aunque dio cuenta del grave momento que se vivió el fin de semana: “Hace dos días que no están en funcionamiento la bomba y el motor. Hemos estado trabajando todo el tiempo en solucionar el problema, pero todo sigue igual”.


Todos los esfuerzos fueron vanos, indicó. Una vez advertida la falla técnica en el motor que impulsa la bomba, se decidió reemplazarlo por otro, que también falló, con lo cual el fin de semana largo se dio completamente por perdido. “Hasta el martes, no vamos a poder conseguir ningún repuesto”, apuntó.


En realidad, los responsables del complejo termal trabajaron durante todo el fin de semana contrarreloj en procura de dar solución al desperfecto técnico, pero con el correr de las horas todo se fue agravando. “Ayer a las 12 –dijo la tesorera, aludiendo a la medianoche del sábado– se quemó todo. Habíamos colocado un motor que vale 25 mil pesos, y se nos quemó”.


Son equipos especiales los que hay que instalar en el complejo termal, indicó, por cuanto deben soportar altas temperaturas y, además, agua salobre.


El impacto económico del traspié técnico resulta importante para el complejo, aunque Rezzet no calculó cuánto. De todos modos, admitió que en las Termas de María Grande existen 130 cabañas, siempre ocupadas completamente, y que es importante la afluencia de turistas los fines de semana largos.


Devolución
“Todo fue un poco dramático estos días”, apuntó Rezzet, y el dramatismo estuvo dado por los infructuosos intentos por poner a andar nuevamente los equipos. “Fue todo un problema, porque teníamos todo reservado el fin de semana largo”, añadió.


–¿Qué hicieron con los visitantes, les devolvieron el dinero?
–A algunos se les avisó por teléfono, para que no vinieran. Pero otros vinieron y se quedaron igual; a los que vinieron, y no pudimos avisarles antes, les devolvimos el dinero.


El complejo termal de María Grande ha venido registrando una gran inserción en el mercado turístico provincial. Ubicado sobre la ruta provincial Nº 10, se emplazan en un predio de 47 hectáreas. Cuenta con 11 piscinas de agua salada, a diferentes temperaturas, entre los 39º y los 46º; dos piletas están bajo cubierta; otras cuentan con hidromasaje, y son de formas variables, con profundidades que van de los 30 centímetros a 1,60 metros.


El complejo fue oficialmente inaugurado en junio de 2004, y hoy, a la cabeza de la administración, está el ex diputado provincial justicialista Rubén Rezzet. Aunque la ligazón política de los gerenciadores del complejo no los ha dejado al margen del riesgo de clausura.


En 2008, el Ente Regulador de Recursos Termales recibió una queja del secretario de Medio Ambiente, Fernando Raffo, debido a la alta salinidad del efluente líquido que se vierte sobre el ambiente y el proceso de salinización que ello generaba. “El nivel de salinidad es tal que en una inspección por la zona del arroyo Maturrango se pueden observar animales muertos, los que habrían sido afectados por el consumo del líquido derramado”, apuntó aquel informe.


1.375 metros es la profundidad del pozo termal en María Grande; la temperatura del agua a boca de pozo es de 47º. Fuente: El Diario