La jueza Elisa Zilli ordenó el procesamiento del profesor de Educación Física del Instituto Secundario Comercial Mariano Moreno, de la localidad de Hasenkamp, acusado de haber cometido abuso sexual contra un alumno de 13 años. El docente llegará a juicio luego de haber sido denunciado el año pasado por los padres del menor, quienes descubrieron la situación pese a que su hijo habría mantenido un inicial silencio, producto de las amenazas que recibió. No obstante, el profesor recuperó ayer la libertad ambulatoria, no sin antes ser notificado de fuertes restricciones y obligaciones que deberá cumplir a rajatabla. De lo contrario sería privado inmediatamente de este beneficio. En la Escuela donde se desempeñaba el docente se debatía sobre su continuidad, situación de la cual se estaba ocupando el abogado Raymundo Kisser, asesor legal de la escuela.

La jueza Zilli encontró suficientes elementos para procesar al profesor, -quien además es árbitro nacional de fútbol- caratulándose la causa como Abuso sexual simple, gravemente ultrajante, reiterado y agravado, en concurso real con amenazas, tal como se planteó al momento de iniciarse.


Consultado sobre el particular, el doctor Rubén Pagliotto, abogado querellante en representación de los padres de la víctima, informó a EL DIARIO que “tomando en cuenta que es una causa en la que existen menores de por medio y acusación de un delito tan especial como lo es el del abuso sexual, me voy a limitar a confirmar que, efectivamente, la doctora Zilli procesó al docente imputado y que también, a solicitud de la defensa, se trabaron embargos y se lo excarceló, no sin antes dejar en claro en la resolución los puntos referentes a fuertes restricciones, como por ejemplo de acercarse a la víctima, fijar domicilio –donde pueda ser ubicado inmediatamente de ser requerido–, y presentarse todos los viernes en el juzgado interviniente, entre otras”.


El abogado comentó además que “dentro de lo resuelto también se ordenó que se deberá enviar un comunicado judicial informando al Consejo General de Educación sobre las medidas adoptadas, a los fines administrativos que correspondan”.


Sobre este particular y ante la versión de que el doctor Pagliotto habría enviado el año pasado una carta documento dirigida a la titular del CGE, Graciela Bar, poniéndola al tanto de lo que estaba pasando y de la cual no había obtenido respuesta formal, el querellante comentó que “recibí una carta oficial en la cual asumen desde el Consejo, a través de su presidenta y como organismo del Estado, haber tomado conocimiento de lo ocurrido en la Escuela Mariano Moreno, de Hasenkamp, quedando en la órbita de esta institución privada la autoridad para suspender al docente en sus funciones si se lo considera necesario”.


De alguna manera, tratándose de una escuela pública de gestión privada, quedó en claro que el CGE confió amplia capacidad a los representantes legales de esa escuela de extinguir o no la relación con el docente acusado. Tomando en cuenta que se trata de un procesamiento y no de una condena, seguramente se deberán iniciar sumarios administrativos que quedarán a la espera de una resolución judicial final.
No obstante, se comentaba anoche que los ánimos en el ámbito de la escuela no son de los mejores para recibir al profesor de gimnasia, en caso que decidiera presentarse a trabajar y existiría una anunciada resistencia por parte de los padres de alumnos a permitir que esto pudiera suceder, situación que deberá pilotear el abogado Raymundo Kisser, asesor legal de la escuela.


LA CAUSA. Para llegar a la imputación de este docente se tuvieron que esperar una importante cantidad de estudios y testimoniales de profesionales médicos, psicólogos, orientadores pedagógicos que trataron a la víctima, a los que se sumaron las declaraciones de los padres y cartas del menor, quien explicaba su tortura de estar en ese instituto educativo, llegando a refugiarse dentro del aula durante todas las horas que tenía que cumplir, ya que el estado de terror que llegó a padecer lo obligaba a tratar de evitar cruzarse con el denunciado en los recreos o en los pasillos.


Según lo que se investigó hasta hoy, el alumno era sometido a un permanente hostigamiento y malos tratos por parte del profesor de gimnasia, que llegaron al limite de someterlo, en octubre de 2008, –cuando comenzaron a hacerse extremos los alcances de su persecución– en el baño de la misma escuela, donde luego de burlarse y asustarlo con amenazas, le habría bajado los pantalones y le presionó con la mano sobre la zona anal, situación que se reiteró en otras ocasiones y que el chico terminaría admitiendo.
Mauricio Antematten