María Inés Cabrol tenía 45 años y falleció de un cáncer que le habían detectado hacía sólo un mes. Su hija fue secuestrada en Entre Ríos en julio de 2004, se sospecha que por una red de trata de personas y aún continúa desaparecida. María Inés Cabrol pasó sus últimos seis años invadida por la angustia, la incertidumbre y la desesperación que, sin embargo, no le impidieron embarcarse en una búsqueda ardua e incansable de su hija, Fernanda Aguirre. Fue un cáncer el que le puso freno a su lucha y que se la llevó sin que pudiera reencontrarse con la joven secuestrada y desaparecida en Entre Ríos desde 2004.
La mujer murió esta madrugada en una clínica privada de la Capital Federal, adonde había sido trasladada desde su provincia hacía pocos días para ser tratada por la enfermedad, detectada un mes atrás. Tenía sólo 45 años. Sus restos llegarán esta tarde a Paraná y serán velados a partir de las 18 en San Benito, la localidad en la que vivía.
El arranque del drama de Cabrol se remonta al 25 de julio de 2004, cuando su hija Fernanda –de entonces 13 años- fue secuestrada cerca de la casa familiar. Se sospecha que habría sido víctima de una red de trata de personas, aunque la Justicia nunca consiguió un dato certero de su paradero.
“Voy a dejar mi vida para encontrar a Fernanda”, repetía la mujer mientras caminaba el país entero detrás de las pistas que le llegaban y que, una a una, fue descartando debido a que todas resultaron falsas. El último intento detrás de la esperanza de encontrar a su hija la llevó a Mar del Plata a comienzos del mes pasado. Sus allegados comentaron que María Inés en la intimidad confesaba que “no quería vivir más”.
Hasta hoy, lo único que determinó la Justicia fue la autoría del secuestro, por lo que el 17 de diciembre de 2007 fue condenada a 17 años de cárcel Mirta Analía Chaves como coautora del delito. La mujer era esposa de Miguel Lencina, quien fue detenido por el rapto de la chica, pero no llegó a ser juzgado porque murió ahorcado en su celda un mes después de la desaparición de Fernanda.