El periodista de Crespo, Jose Luis Dalinger, narró las sensaciones que afloran en esta ciudad luego del gol de Gabriel Heinze. “Al intentar escribir unas líneas se me cruzan mil cosas por la cabeza. Entonces no quiero ni imaginar las que se le cruzaron a Gabriel Heinze luego de esa palomita que realizó a los 5’, con la cual envió al balón al fondo de la red. Fue el primer gol de la Selección Argentina en la Copa del Mundo Sudáfrica 2010, fue el tanto del triunfo frente a Nigeria, fue el primer grito de Sonry en la máxima cita del balompié”.
“El Gringo metió el cabezazo que le responderá a los que los periodistas porteños que pusieron en tela de juicio su convocatoria… Aunque, ¿se puede cuestionar a un jugador que ganó la medalla de oro en los Juegos Olímpicos?, ¿qué pasó por los clubes más importantes de Europa?, ¿qué fue campeón con París Saint Germain, Olympique de Marsella, Real Madrid y Manchester United?, ¿qué está muy cerca de meterse en el club de los 10 jugadores con más presencia con la camiseta de la Selección Argentina?”
“En esa corrida seguro que Gabriel -Sonry para los crespenses- pensó principalmente en su viejo: Don Jorge (fallecido), quien junto a su mamá Titina le estamparon la forma de guiarse en la vida. Pensó en sus tres hermanos: Gustavo, Hernán y Sebastián que estaban en el estadio como los principales hinchas condicionales. No dudo de que también hubo dedicatoria para esos 8 amigos a los cuales les regaló la posibilidad de viajar a Sudáfrica: “Quiero que canten el himno conmigo”, les digo cuando les prometió que los llevaría si él iba al Mundial. Y, este sábado ellos cantaron el himno y también se dieron el lujo de un plus extra: gritar el gol.”
“Agradezco la fuerza que me da mi pueblo, porque las energías que me da mi gente son todas positivas y las llevo conmigo”, expresó a mediado de mayos, luego de su breve paso por Crespo antes de sumarse a la Selección para comenzar la etapa final de los entrenamientos para el Mundial. Así que los crespenses nos podemos sentir parte en ese gol, en esa palomita; también inflamos el pecho para cantar el himno y gritamos con más fuerza que nunca un gol argentino… porque esta vez fue con la fuerza y el coraje de los crespenses… fue de Gabriel Iván Heinze”.