Autoridades y técnicos de la Agencia de Ciencia, Técnica e Innovación de Entre Ríos (Actier), junto a miembros del sistema científico técnico provincial y representantes del sector apícola se reunieron para comenzar a establecer pautas para el desarrollo de una futura apicultura de precisión en territorio entrerriano. Es el segundo encuentro que se realiza en la Estación Experimental Agropecuaria del INTA Concepción del Uruguay y, como en el anterior, en ellos se planteó como desafío agregar valor a la cadena apícola, cuidar el ambiente y contribuir al desarrollo económico y social del territorio.

Estas primeras reuniones de intercambio y reflexión se llevaron a cabo con una amplia y activa participación de distintas instituciones, nacionales y provinciales. El objetivo de los encuentros fue comenzar a establecer las condiciones para armar un equipo interdisciplinario. La convocatoria se realizó entre el INTA Concepción del Uruguay, el Proyecto Integrado de Desarrollo Apícola (Proapi) y la Agencia de Ciencia y Tecnología de Entre Ríos (Actier).


El bioingeniero Gustavo Bizai, técnico de la Actier presente en ambas reuniones, indicó: “El mundo apícola hoy en día tiene en claro que siempre ha estado muy cerrado en sí mismo, en el ámbito de los apicultores e investigadores dedicados a la apicultura. Entonces la idea es conformar un equipo interdisciplinario a los efectos de enriquecer toda la investigación que se ha hecho, en particular desde el Proapi, mayormente con biólogos que se han dedicado a comprender el comportamiento de las abejas, para así mejorar la calidad y la cantidad de la producción de miel”.


En los encuentros se propuso al grupo imaginar un escenario en el futuro, con una visión prospectiva y que no se ancle en los problemas que, si bien requieren solución en el presente, implican mirar hacia atrás. Los temas que se desarrollaron estuvieron centrados en interrogantes tales como: ¿Es posible imaginar que exista en el futuro cercano una apicultura de precisión? ¿Qué elementos tecnológicos, científicos, comerciales, organizativos, sociales, etc., le darían contenido al concepto apicultura de precisión? ¿Existen interés y capacidades en la provincia de Entre Ríos como para asumir el desafío de llevar adelante acciones de investigación, desarrollo e innovación con el fin de sentar las bases para una apicultura de precisión?


Allí se coincidió en que los equipos de investigación dedicados a la apicultura necesitan interrelacionarse con otras disciplinas. Esto significa abrir el juego a un equipo interdisciplinario en donde participen no solamente biólogos, sino también tecnólogos, expertos que entiendan sobre tecnologías, por ejemplo de censado de variables físico-químicas, de transmisión de datos. Entonces entrarían en juego actores como la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de Entre Ríos, aportando profesionales de la carrera de bioingeniería que son profesionales idóneos para hacer este tipo de función (medición de variables y la transmisión de datos).


El responsable del Proapi, Enrique Bedascarrasbure señaló: “En realidad de lo que estamos hablando en este momento, en esta etapa preliminar del proyecto, es de aquellas cosas que todavía no podemos medir, que todavía no podemos conocer con la suficiente precisión como para predecir lo que está ocurriendo dentro y/o fuera de la colmena. Estamos hablando de colocarnos más allá de la frontera del conocimiento que hoy tenemos. Y en ese contexto, en consecuencia, nos motiva la idea de generar nuevos conocimientos, más que resolver los problemas actuales en los que estamos inmersos. Dicho de otro modo, este espacio que estamos construyendo nos invita a intentar hacer investigación y desarrollos originales, porque el PROAPI tiene muchos otros espacios de trabajo en los que su preocupación principal es, precisamente, la de resolver los problemas concretos de la actividad apícola.


Bizai indicó: “Al hablar de Apicultura de precisión, se hace referencia a la incorporación de tecnología al mundo apícola, para mejorar la calidad sanitaria de las abejas, comprender su comportamiento y medir algunas de las variables como concentraciones de dióxido de carbono, a qué son más susceptibles, por qué tienen que ir a buscar flores lejos de la colmena.” Y agregó “en el ámbito de las imágenes de satélites: poder detectar en derredor de las colmenas cuál es el índice verde para conocer el ambiente en el que está inserta la colmena y ver qué tan lejos debe ir la abeja a procurarse alimento. Podemos hablar también de mejorar la precisión en los suplementos alimentarios de las abejas, porque a veces las abejas requieren estos suplementos para mejorar su salud y productividad.”


En la actualidad resultan familiares términos como Agricultura de precisión -cuando se procura optimizar la siembras, cosechas y mejorar la gestión ambiental de los campos utilizando recursos como imágenes de satélite para hacer teledetección y sistemas de información geográfica-; Ganadería de precisión -que también utiliza imágenes de satélite y donde la idea es analizar el índice verde de las pasturas, junto con el monitoreo de los animales y sus caravanas por radiofrecuencia-; e incluso Lechería de precisión -aquí de lo que se habla es de la mecanización de la alimentación para mejorar la calidad alimentaria de los animales-. La precisión no pasa ya por las imágenes de satélite, sino por incorporar tecnología para optimizar la gestión de la lechería.


En este contexto, la idea de la “Apicultura de precisión” pretende la incorporación de tecnologías (TICs, nanotecnología, biotecnología, bioingeniería, teledetección) para el censado de variables ambientales, medición de parámetros de interés específicos (feromonas, CO2), comunicación de la información, análisis de imágenes de satélite y posicionamiento de colmenas.


En el equipo participan biólogos de otros ámbitos como el centro del Conicet de Diamante y, más vinculado con la producción, equipos de la Facultad de Bromatología de la UNER que investigan la calidad de mieles y las trazas que puede haber por ejemplo de glifosato en mieles, la clasificación palinológica de la miel. Estos son trabajos que ya se están haciendo.


Bedascarrasbure remarcó que, pensando a futuro, el equipo “no sólo puede aportar soluciones tecnológicas sino además generar conocimiento, a través de tesis de grado y posgrado, Proyectos de Investigación y Desarrollo (PIDs)”.


Acerca de la formulación del proyecto, el responsable del ProApi indicó que el mismo se encararía “desde esta Experimental pero articulando con la Facultad de Ingeniería y varias Facultades de la Universidad de Entre Ríos. Posiblemente, la que más va a marcar con su impronta el proyecto es la Bioingeniería, pero también la Agencia de Ciencia y Tecnología de la Provincia (Actier) tiene mucho que aportar en la gestión y, naturalmente, el Programa Nacional Apícola del INTA hará sus aportes en ideas y recursos.” Y agregó que “desde el ProApi estamos buscando que eso se realice acá, porque la articulación con Bioingeniería marca un diferencial que a nosotros nos introduce en un horizonte totalmente nuevo.”