El diputado provincial José María Míser (UCR), manifestó que se debería retomar el debate sobre la división del departamento Paraná y remarcó: “Hay varios proyectos presentados, dos están en comisión y otros ya archivados. Yo estoy de acuerdo con la división, pero en general, la dirigencia política no ha estado a la altura de las circunstancias para que esto se concrete”. En el mismo sentido recordó que hubo un egoísmo, porque casi siempre se frenaba todo proyecto cuando se hablaba de qué ciudad iba a ser la cabecera. Uno de los proyectos contemplaba la división en 2, de la ruta 18 hacia un lado y hacia otro. “Pero en los debates, siempre se puso por delante el costo electoral político y no la responsabilidad que tenemos en la Legislatura”, afirmó.

En declaraciones al Observador aseguró que es uno de los grandes debates que tendríamos que estar nuevamente haciendo. “El gran problema es que hay un temor de decir quién va a correr con el costo político. Veo que hay una falta de compromiso cívico. Yo soy oriundo de Hasenkamp y vivo desde hace 7 años en Cerrito, donde ejerzo mi profesión. Todos queremos a nuestra comunidad, pero no podemos dejar de tratar un tema, por el costo político que puede llegar a tener”.


– ¿Qué lectura hace de este gobierno en cuanto al apoyo que le está dando a Paraná Campaña?


– Tenemos pro y contras. Destaco el diálogo permanente que está teniendo este gobierno con los intendentes, que en algunos casos nos costó lograrlo. Hay obras de infraestructura que han solicitado como pavimentación o viviendas que se han hecho. Sí podemos tener algunas objeciones en cuanto a la distribución, porque por ejemplo uno ve que se le da 600 viviendas a una misma localidad, cuando las podríamos haber distribuido. Hay localidades en nuestro departamento que se sigue luchando como en Cerrito, donde no tenemos gas por una cuestión burocrática. La contra es la falta de política de Estado, para que la misma pueda tener continuidad en el tiempo, sin interesar quién gobierne. No hay políticas de estado en salud, ni en seguridad, ni en educación, es una gran falencia. Entonces, la solución es ir emparchando y tomando pequeñas soluciones. Tenemos un gran problema en los edificios escolares, ya que ha aumentado el número de alumnos y no hay capacidad. Muchas escuelas en nuestro departamento cumplieron 100 años y no fueron remodelados. En su momento se crearon para recibir a 20 chicos y hoy tienen a 100 o más chicos. En un departamento tan agro productor como el nuestro, el tema vial es fundamental y el reclamo es general. Si uno va a la costa del Uruguay, se va a encontrar con importantes obras, pero de este lado tenemos caminos que son senderos. Vialidad recibe los reclamos, pero las respuestas no están y le siguen echando la culpa al clima. Nadie está solicitando asfalto, sí una buena salida para estudiar o trabajar. Hace 5 años yo planteaba con algunos productores, que hay que hacer nuevos trazados de caminos, porque hoy, la mayoría está a un metro de diferencia por debajo del nivel y que estos queden como cause de agua cuando llueve. De esa manera, vamos a tener caminos por 100 años y sacaríamos un gran negocio para alguna gente de Vialidad, porque no vamos a necesitar tanto mantenimiento y horas extras. Un camino viejo es como un auto o como una máquina que tiene sus años, necesita más mantenimiento y ahí está la picardía argentina. Los viales se enojaron cuando lo sugerí y lo vuelvo a decir, porque se necesita de una política de estado. Hoy, los caminos que tenemos son obsoletos.


– Se está hablando de la futura re-categorización de hospitales y centros de salud: ¿en qué beneficiaría a la gente?


– Al aumentar la categoría del hospital, esto trae aparejado un mayor monto de partidas económicas hacia los mismos. Hay que crear los servicios, el de clínica médica, de terapia intensiva, de cirugía. No es nombrar más profesionales, sino que estos ya están cumpliendo sus funciones, pero no tienen el reconocimiento y no están recibiendo la remuneración que le corresponde para ese servicio. La sociedad va a tener también su beneficio lógicamente. Hoy, por una cuestión menor, teniendo la capacidad humana pero no técnica, se deriva los pacientes a los hospitales de Paraná, que terminan abarrotados sin poder cumplir con las necesidades. Se hizo un estudio económico pormenorizado de lo que se gasta en traslados en ambulancias, comunicaciones de los profesionales y el movimiento de los familiares del paciente y se comprobó que ese mismo dinero se puede invertir en cada una de las comunidades para que se los atiende en sus comunidades. A eso lo hacen los países desarrollados y los resultados son óptimos.