Todos los días, desde el sábado pasado, hasta el lunes próximo, peregrinan hasta una ermita de la Virgen de Schoenstatt emplazada en la otra punta del pueblo. Empezaron el sábado 10 y seguirán hasta el lunes 19. La cita es todos los días, a partir de las 21:30 en las puertas del templo. Desde ahí, caminan un kilómetro hasta una ermita de la Virgen de Schoenstatt, ubicada en la otra punta del pueblo. Tambien en Crespo se volcaron a la oración para pedir que llueva. Este martes 13 se realizaron dos peregrinaciones organizadas, por la Parroquia San José y la Parroquia Nuestra Señora del Rosario. En el Barrio San José también se marchará mañana miércoles y el jueves.

Los que participan de estas expresiones, lo hacen rezando para que el agua reviva los campos resecos y a la vez, reflexionando sobre las causas de los cambios climáticos y la incidencia de la tecnología y de los productos utilizados en la labranza.


Las marchas parten cada noche, a las 21.30, desde la parroquia Santa Ana y recorren casi un kilómetro hasta la ermita. “Es mucha la gente que participa, quizás unas 120 personas y cada día se suman más”, dijo a EL DIARIO el cura párroco de la parroquia: Santa Ana, Sergio Hayy.


Durante el trayecto, los peregrinos rezan el Rosario y piden a San Isidro Labrador, patrono de los agricultores, lluvia para los campos, informó el sacerdote.


Es que: “en Viale, la mayoría de las personas trabaja directa o indirectamente del campo”. Para muchos, el tema de la lluvia es muy importante porque repercute en sus trabajos. En los campos, la gente está quedando sin trabajo. Los que sembraron maíz, dicen que han perdido todo, y los que sembraron soja, si en este mes no hay una lluvia importante, la perderían también”, detalló Hayy.


El lamento y la zozobra llegaron a la parroquia, pues un grupo grande de vialenses que padece esa situación está vinculado a la iglesia. Fue así como surgió la idea de organizar una procesión diaria, durante nueve días consecutivos. Se trata de una novena –explicó el sacerdote- que en la fe católica significa pedir a la Virgen o a un Santo una determinada gracia: “en este caso, la lluvia para nuestros campos”. Para que esa gracia sea concedida, la feligresía promete peregrinar y orar durante nueve días. Eso se dispuso hacer el pueblo de Viale, localidad del departamento Paraná habitada por unos 17 mil habitantes, para implorar por agua, en medio de la peor sequía de las últimas casi cinco décadas.


• Reflexión


El cura Hayy,  puso énfasis en el hecho de que los participantes de las marchas no son sólo los propietarios de los campos o los administradores, sino también “la gente que vive del campo”. En ese sentido, dijo que en la localidad –distante a unos 50 kilómetros de Paraná- hay muchas personas cuya subsistencia depende del campo. Por ejemplola existencia de comercios y de pequeñas industrias que trabajan de acuerdo a la actividad del sector rural.


Seguidamente, el sacerdote aclaró que no sólo se ora por la lluvia, sino que también en la caminata se reflexiona sobre “el modo de trabajar los campos, el uso de la tecnologías y de los productos como los pesticidas. Reflexionamos desde el plano ético. No nos quedamos en lo que se puede ganar o perder en términos económicos”.


• El dato


1500 pesos es la pérdida estimada, por hectárea, que deben afrontar los productores que sembraron maíz. El monto incluye los gastos de arrendamiento, fertilizantes y semillas. Un monto similar sería el de la soja: 1.300 pesos por hectárea. Este último número no incluye cosecha y comercialización, según dirigentes de la FAA.


• Ya no hay pasto ni agua para las vacas


A la delicadísima situación de la agricultura, se suma la preocupación en Viale de la gente dedicada a criar ganado. “La situación de la hacienda es muy grave. No hay más pasto, no hay reservas, no va haber cómo darle de comer, va a haber que dejarlas morir o venderlas al precio que pague algún frigorífico que quiera comprar”, dijo Rubén Manucci, presidente de la filial de la Federación Agraria Argentina en Viale.


Pero además de la falta de pasto, empezó a escasear el agua para los animales. “Es que las napas se han ido tan abajo, que los pozos no tienen agua”, explicó Manucci, quien dijo que desde la localidad (Viale) se está llevando agua a los campos.



Foto: Paralelo 32