Leonardo Sebastián Prediger marcó su segundo gol en el fútbol profesional, con la camiseta de Colón de Santa Fe. Fue en ´El Monumental de Núñez´, ante el River Plate de sus amores y de su familia. La conquista del crespense -quizás- tuvo un sabor con sensaciones encontradas; muy distintas al primero que marcó el año pasado ante Banfield. El domingo el ‘Seba’ le hizo un gol a River Plate, el club de los amores de su familia y también suyos. Casualmente, su hermano Ezequiel, es uno de los creadores e integrantes activos de la Filial de los millonarios en Crespo ‘Juan Pablo Sorín’.
El joven crespense, de 22 años, acumula 35 partidos en el fútbol profesional con la camiseta del Club Atlético Colón de Santa Fe. En el juego correspondiente a la primera fecha del Torneo Clausura 2009 de la AFA, disputado en El Monumental de Núñez, el volante central metió un perfecto derechazo desde unos 25 metros cuando el cronómetro del árbitro marcaba 48’. El remate del futbolista surgido de Unión de Crespo se transformó en imposible de contener para el arquero Juan Ojeda. Fue el tanto que marcó el 2 a 2 final entre el equipo de Néstor ‘Pipo’ Gorosito y ‘Los sabaleros’. Para los capitalinos habían anotado Gustavo Cabral (13’ st.) y Radamel Falcao (25’); para los santafesinos había descontado Alejandro Capurro (32’).
“La piel de gallina”
Ignacio Fusco, periodista del Diario Deportivo Olé, contó la historia del sentimiento de Sebastián Prediger por los colores de River Plate. En una parte de la nota, titulada ´La piel de gallina´ refleja las siguientes declaraciones del crespense: “Por supuesto que me debo a Colón, soy fanático de Colón, pero toda mi vida fui de River. Mi hermano Ezequiel hasta tiene una filial en Crespo, donde nacimos. Se debe querer matar. Antes del partido me llamó y me dijo que por favor no le hiciera un gol a River”, contó, asombroso, Sebastián Prediger, que -por supuesto- no se acordó de hacerle caso a su pobre hermano.
“Tengo 22 años, hace cinco que estoy en Colón y jamás le había pegado así a una pelota”, continuó, para los que no lo ubican, el volante que obligó al silencio del Monumental. Un silencio, encima, que pudo no haber sido. “Antes de patear escuché que Capurro y Chitzoff me puteaban, me pedían que abriera la cancha, pero bueno, el partido ya terminaba, ¿qué iba a hacer? Yo creo que me ayudó saber que ya se terminaba todo. En la mitad del partido no sé si me hubiera animado”, contó, entusiasmado, el apellido que más se escuchará, hoy, en Santa Fe. Y en River, claro, también. Hoy, sí, y acaso en algunos años más. “Porque me encantaría jugar en River. Es mi sueño”, la remató Prediger. El primer remate, el del 2-2, ya lo habían gozado. (Extraido de www.ole.com.ar)
José Luis Dalinger – Paralelo 32