La alumna de 9º año EGB 3 del Instituto Comercial Virgen Milagrosa de Viale, Selene Ailín Sione con 14 años, resultó ganadora del 1º Premio del Concurso Literario “Valentina Ventura” organiza la Casa de Cultura de Tauste (Zaragoza) España, en el marco de la XI Feria del Libro de dicha localidad. La entrega de premios tendrá lugar el día 1 de mayo a las 18 horas en un acto público en el Salón de Plenos del Ayuntamiento. El premio está dotado de 200 euros, y el pago se efectuará a través de una transferencia bancaria, según indicó Pilar Fresco, directora de Casa de la Cultura. El cuento ganador se titula: “Serafina, una cebra a lunares”, y será leído en la Feria del Libro de Tauste.

“Serafina, una cebra a lunares”. (Texto)


Serafina era una cebra que estaba muy cansada de tener que soportar que los demás animales la llamaran “rayada”.“Ahí viene rayada”, “hola rayada”, “qué haces, rayada?”, todas estas  frases que escuchaba todos los días, ya habían colmado su paciencia, y estaba decidida a hacer cualquier cosa para cambiar la situación.


Ella siempre había estado muy orgullosa de las rayas que cubrían tanto su cuerpo como los de toda su gran familia, pero el tener que escuchar ese nuevo “nombre” con que la llamaban sus amigos de la selva, y soportar burlas y risitas, habían hecho revertir esta situación, y desde hacía mucho tiempo el llevar las rayas en su cuerpo la hacían sentir muy desdichada. Un día, cansada ya de todo esto, decidió ir a visitar al gran hechicero de la selva y pedirle que le hiciera desaparecer todas las rayas de su cuerpo.


 El hechicero la escuchó pacientemente, pero le explicó que él no podía hacer nada para eliminar las rayas, ya que así siempre fueron y son todas las cebras, pero tal vez podría darle una pequeña ayuda para que éstas cambiaran de forma, es decir, que éstas ya no fueran “rayas” y de esa manera, ya nadie la llamaría “rayada”.


Serafina aceptó muy contenta, y el hechicero le dio una crema que debía pasarse durante tres noches. Ella le agradeció mucho, y muy entusiasmada empezó con el tratamiento esa misma noche.Y así fue como al amanecer del cuarto día, fue a mirarse en el espejo y… ¡no lo podía creer! Ahora sus rayas se habían convertido en negros y brillantes lunares que resaltaban muy bien en su blanco cuerpo, y le quedaban hermosos! Rápidamente salió en busca de sus amigos para mostrarle su nuevo look, pero éstos al verla soltaron una gran carcajada. ¡Una cebra a lunares!


Jajaja! Nunca se había visto antes, parece que tienes sarampión!! Y a partir de ese momento surgieron nuevos “nombres” para Serafina, como “sarampión”, “sarampionosa”, “lunares raros”, etc.Serafina volvió a su casa llorando, y le contó todo a su mamá, quien también se puso muy triste al ver hasta donde había sido capaz de llegar Serafina, que quedaba tan diferente al lado de su familia con esos lunares en el cuerpo.


Y ni siquiera con todo eso había logrado parar las burlas y sobrenombres de sus … ¿amigos? Eso fue lo que tuvo que comprender Serafina a partir de ese momento, su mamá se encargó de explicárselo con mucha paciencia y dulzura:


– Hija, un amigo es alguien que nos acepta tal cual somos, con nuestros defectos y virtudes, y no se burla nunca de nuestra apariencia. No sólo no debiste dejarte llevar por sus burlas, sino que tampoco tenías que sufrir por tus rayas, las cebras somos todas así, y nuestros amigos siempre nos quisieron tal cual somos.


Además sabes bien que lo importante es como somos interiormente, no lo que se ve por fuera, o acaso no te diviertes mucho con tu amigo el elefante, y nunca el tamaño de su cuerpo o de sus orejas fue un impedimento para que compartieran horas de juegos, igual con la jirafa que es tan alta y todo su cuerpo está cubierto de manchas marrones, siempre han pasado juntas momentos muy lindos, porque ambas se aceptan tal cual son, así son los buenos amigos. Y recuerda siempre que no debes hacer caso a lo que dicen los demás de ti, porque seguramente nunca lograrás complacerlos, cuando tenías rayas, era motivo de burlas, y cuando cambiaste a lunares también, y si mañana se te ocurriera aparecer “a cuadros” seguro será motivo de nuevas burlas.


Entonces solo sé tú misma y… siempre vivirás feliz.Sin duda Serafina aprendió una gran lección, y ese mismo día volvió a ver al gran hechicero, para volver a ser como antes, pero lamentablemente tendrá que esperar un tiempo para volver a ver las rayas en su cuerpo, ya que el efecto de la crema dura tres largos años.


Pero eso ya no le afectó tanto, ahora sabe que a rayas o a lunares, ella por dentro sigue siendo igual, y también lo saben bien quienes la quieren de verdad: su familia y sus buenos amigos… y eso es lo que verdaderamente importa!


FUENTE: NUEVA ZONA