El año pasado hubo muchas menos lluvias de lo habitual y 2009 se perfila con una condición similar. Como si fuera una película de terror donde el final no aparece a la vista y, por el contrario, se repiten las peores escenas, la sequía está de vuelta. Después de haber ocasionado un vendaval de pérdidas en la campaña agrícola 2008/2009, que está finalizando con 30 millones de toneladas menos de granos a causa de la falta de lluvias, reducción en la siembra, baja en los rindes y la política de intervención oficial, su efecto se vuelve a sentir. Por eso, hay preocupación. Y mucha. La sequía está poniendo en jaque la siembra de trigo, que hasta la fecha sólo se podría hacer en el 25 por ciento de su habitual superficie.
Según especialistas consultados, el año pasado hubo, en líneas generales, muchas menos lluvias de lo habitual y 2009 se perfila con una condición similar. “El año pasado llovió la mitad de lo normal y éste sería igual”, advirtió Eduardo Sierra, especialista en agroclimatología. “Se están repitiendo características similares a las del año pasado”, dijo Stella Carballo, investigadora del Instituto de Clima y Agua del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) Castelar. Hoy el oeste, centro y sur bonaerense, La Pampa, el sur y norte de Córdoba, y el norte de Santa Fe son zonas que están afectadas por esta condición.
Este escenario acaba de encender la alarma por la siembra de trigo. Hace una semana, la Bolsa de Cereales de Buenos Aires la estimó en 3,7 millones de hectáreas, 18,6 por ciento por debajo de 2008, pero hay fuertes dudas sobre la implantación. “En el centro y sudoeste de Buenos Aires están con reservas de agua un 60/70 por ciento por debajo de lo normal. En términos de lluvias, en la provincia de Buenos Aires para una recuperación en los próximos quince días deberían caer 80 mm, pero es baja la probabilidad de que eso ocurra”, indicó a LA NACION José Luis Aiello, doctor en ciencias meteorológicas.
Para reflejar la gravedad de la sequía, Sierra proyectó que hoy sólo el 25% del área triguera está “sembrable”. En números, sólo un millón de hectáreas de los seis millones del área tradicional hoy se podría sembrar. Hoy el panorama es de “regular a bueno” para implantar el cereal en el sudeste cordobés, sur de Santa Fe y sudoeste de Entre Ríos.
Aiello estimó que en los próximos quince días “va a haber poca oferta de agua” y después del 20 podrían recomponerse reservas de agua en el suelo en el este de la región pampeana, costa bonaerense, pero no en el oeste. La siembra así seguiría con dificultades. Carballo señaló que las lluvias recién van a empezar a cambiar en la primavera, pero de aquí a entonces no van a compensar la actual situación.
“Nos enfrentamos a un fracaso de cosecha similar a 1951/52”, dijo Sierra sobre el trigo. Esa campaña se sembraron 4,79 millones de hectáreas del cereal, pero se terminaron cosechando 2,74 millones de hectáreas. Ahora el fracaso vendría por la menor siembra.
Para recordar, según un informe del Instituto de Estudios Económicos de la Sociedad Rural Argentina, en la campaña 2008/2009 los rindes del trigo cayeron un 23%; en soja, un 30%, y en maíz, un 24%, en promedio. Igual hubo pérdidas mayores, con productores que en soja cosecharon la mitad que en 2008. Respecto de la ganadería, Víctor Tonelli también calculó el efecto de la sequía, a la que se sumó el desánimo en el sector por la política oficial. Según su estimación, hasta el próximo año se podrá contabilizar una caída de entre 2,5 y 3 millones de terneros.
Fuente: La Nación