El Centro de Exportadores de Cereales había anunciado que Argentina no podrá exportar trigo en 2010. Pero esta semana, Carlos Paz, titular del INTA, puso el dedo en la llaga al afirmar en un reportaje que “la campaña agrícola 2009/10 será récord”. Según Paz, “habrá una producción de casi 100 millones de toneladas de granos en la próxima campaña”. Como era de esperar, la respuesta de las entidades agrarias no tardó en llegar. “Debe ser récord por lo poco que se va a sembrar”, replicó Juan Ferrari, vicepresidente segundo de la Federación Agraria de Gualeguaychú. “Se va a sembrar mucho menos trigo, entre el 35 y un 40 % menos con respecto al año pasado”, agregó con pesimismo.
En la entrevista, publicada el martes en el diario Página/12, Paz sostuvo que este año y el que viene cerrarán en positivo. Según ambos funcionarios, uno de los factores para el cierre dependerá de la cuestión climática: “Se esperan lluvias en las zonas de siembra, con lo cuál el área sembrada para la cosecha fina, es decir trigo y cebada, alcanzará los 3 o 3,2 millones de hectáreas, así se llegará a la primavera con una cosecha de entre 7 y 8 millones de toneladas”. El mismo martes, el secretario de Agricultura, Carlos Cheppi hizo declaraciones similares.
Jorge Srodek, vicepresidente segundo de Carbap, señaló que antes del conflicto la producción llegaba a las 16 toneladas anuales y desde que se desató el conflicto con el gobierno apenas si trepa a las ocho toneladas. “El trigo va a ser nuevamente una cosecha muy pobre”, adelanta Srodek en diálogo con Perfil.com.
Lo que se acaba de sembrar es lo que los productores llaman ´siembra fina´ que incluye trigo, cebada y avena. De esa producción, el resultado cierra en baja. Ni siquiera el buen clima pronósticado jugará a favor: “No se incorporaron nutriente s para ahorrar gastos y esto se debe a la intervención de la Oncca a los mercados agropecuarios “, añadió.
Ferrari, mientras tanto, marca el terreno hacía el interior de la Federación y deja entender que buena parte de los problemas del sector tienen que ver (también) con la escasa intervención de sus dirigentes: “Para mi gusto la Federación Agraria tendría que estar denunciando mucho más las cosas que están pasando. Se está mezclando demasiado con la política. La FAA es una entidad gremial y más allá de los vaivenes políticos, debe mantenerse intacta”.