El rendimiento récord de la cosecha de trigo que se registra en Paraná, Diamante, Gualeguay o Victoria parece un empecinamiento de la naturaleza para mantener alta la performance triguera entrerriana, pese a las pérdidas casi completas que algunos temporales produjeron en algunas zonas de la provincia. Así, uno escucha historias de un lote en cercanías de Tabossi que dio 65 quintales u otro en la zona de Seguí que rindió 56 quintales y “pelado”, es decir, sin utilizar. Según Gladis Eguía, integrante del Proyecto Siber de la Bolsa de Cereales de Entre Ríos, los buenos rindes responden a las excelentes lluvias que tuvo el cultivo, agregado a un ” paquete tecnológico” importante y la mejoría en la genética de las semillas.
Hasta el más inadvertido se da cuenta que cuando los chacareros cuentan que lograron rendimientos de 45, 50 y hasta 60 quintales por hectárea, están hablando de algo serio. La sospecha se confirma cuando, en la estadística, se verifica que el promedio histórico de la provincia es 27 quintales por hectárea (2700 kg/ha).
A la explicación hay que buscarla, según explica Gladis Eguía, integrante del Proyecto Siber de la Bolsa de Cereales de Entre Ríos, en la excelentes lluvias que tuvo el cultivo, agregado a un ” paquete tecnológico” importante y la mejoría en la genética de las semillas.
Pese a esto, la ingeniera agrónoma no oculta su sorpresa y sube la apuesta, señalando que hubo lugares donde el rendimiento fue de 70 quintales (7.000 kilos) y seco.