Un individuo que pertenece a una agencia de seguridad privada de Paraná, pero que tiene domicilio en la provincia de Buenos Aires, está en la mira de los investigadores policiales que están trabajando alrededor del crimen por encargo al productor agropecuario Pedro Demartín, sucedido en los primeros minutos del 31 de diciembre del año pasado. A últimas horas de la tarde, se secuestró un vehículo sospechoso, que pertenecería a dicha persona y que tuvo movimientos extraños antes y después del homicidio sucedido en Espinillo Norte, a escasos kilómetros de Paraná. Demartín falleció en horas de la tarde del lunes, luego de permanecer durante varias horas en estado de coma, tras recibir un disparo en la nuca mientras guardaba su camioneta, a unos 50 metros de su casa.
Según informó la Policía, el hecho sucedió poco después que Demartín llegó a su casa, luego de estar en un club de la zona, donde había estado jugando a las bochas y se dirigió a guardar su camioneta Ford Eco Sport en el garaje. Apenas ingresó, recibió un balazo en la nuca, a escasa distancia y realizada con una pistola 9 milímetros, que es un arma que usualmente usa personal policial, de fuerzas de seguridad o agencias privadas. La esposa, embarazada de ocho meses y con una pequeña hija, estaba en la casa y al oir el disparo llamó a un vecino, pidiéndole auxilio. Cuando el vecino llegó se encontró a Demartín tirado en el piso con una herida en la cabeza. El productor agropecuario -quien llevara adelante un pool de siembra en la zona, con buen rédito económico- fue derivado de urgencia al Hospital San Martín y allí se determinó que como consecuencia del balazo, su situación era muy grave, porque tenía pérdida de masa encefálica. Lo extraño del caso fue que no se le tocó un peso de los bolsillos al productor: tenía dinero nacional, pero también dólares, un reloj importante y anillos. En la casa también había sumas importantes de dinero.
El lunes a la tarde, en la pesquisa policial, los investigadores encontraron testimonios de importancia en la zona. Algunos vecinos que no dudaron en apuntar que esa noche un automóvil VW Gol, de color azul, sin patente, estuvo estacionado en forma sospechosa en cercanías del acceso a la finca de la familia Demartín. Lo mas llamativo para los vecinos fue que, casi inmediatamente luego de que se escuchó el disparo, el automóvil en cuestión se puso en movimiento y tras ascender alguien a su interior, partió velozmente del lugar. Las averiguaciones finalmente llevaron a los investigadores a una quinta de las cercanías del autódromo Municipal, donde fue localizado el coche en cuestión, el que quedó bajo estricta vigilancia desde la madrugada de ayer, hasta que finalmente la doctora Elisa Zilli autorizó ayer al mediodía el allanamiento del lugar y el secuestro del vehículo, el que fue trasladado cerrado hasta la Dirección de Criminalística para ser peritado, según consignó El Diario.
En la requisa domiciliaria no se encontraron armas, lo que no dejó de llamar la atención, ya que quien figuraría como responsable del lugar estaría relacionado laboralmente a una empresa de seguridad y dijo ser oriundo de Buenos Aires. También estaban en la casa cuatro mujeres y sorpresivamente, al iniciarse el allanamiento, llegó al lugar un sujeto en una motocicleta, la que -de paso- fue revisada y se constató que había sido robada en Paraná. Pese a todo, ninguno de los presentes en el lugar quedó detenido y del coche se supo que no figura a nombre de quien lo tenía en su poder, sino de otra persona, la cual ahora también será investigada. Por el momento todo apunta a una ejecución y no a una tentativa de asalto fallida, pero las mayores dudas siguen siendo el móvil del asesinato.