Por estas horas se cumple un mes del crimen del empresario agrícola de Espinillo Norte, Pedro Demartín, quien fue ultimado de un disparo de una pistola 9 milímetros en la nuca en el interior de su casa. Pese al paso del tiempo, por el momento no hay detenidos ni imputados en la causa, sólo hay sospechas directas sobre un trabajador de una empresa de seguridad privada, en tanto que a criterio del querellante en la causa, Héctor Bergara, la investigación y recolección de pruebas y pericias que esperan sus resultados pueden llegar a ser determinantes para aclarar el violento hecho de sangre.

A las 23 del domingo 30 de diciembre de 2007 fue baleado Demartín, luego de que ingresara a su casa ubicada en la altura del kilómetro 24 de ruta nacional 18 a poca distancia de Paraná. Antes había ido a la casa, pero luego regresó al galpón para guardar el segundo vehículo de su propiedad, una camioneta Ford Eco Sport. En esa situación se encontraba cuando la esposa, embarazada de ocho meses, escuchó un disparo de arma de fuego. La mujer, azorada, encontró a su esposo tendido sobre un charco de sangre.


Demartín, de 45 años, era considerado un empresario trabajador dedicado a full a sus tareas agropecuarias. Esto le posibilitó progresar económicamente, comenzar a adquirir bienes y mover un importante capital.


Algunos vecinos vieron a lo lejos, en cercanías de la casa de Demartín, un VW Gol color azul, por ello fue secuestrado con posterioridad y su dueño, un vigilador de una empresa de seguridad privada, fue vinculado con el hecho. “Es obvio que a causa del hecho, la esposa que por estos días será intervenida quirúrgicamente para practicarle la cesárea, sufrió un golpe muy grande al igual que la hija de 8 años de edad”, explicó Bergara a diario Uno.


El letrado querellante en la causa informó que “por lo que se investigó, entendemos que el crimen tiene un móvil de robo. La víctima, un hombre trabajador, tenía un muy buen pasar y la gente de la zona sabía que tenía un movimiento económico importante, pero en el momento del hecho sólo tenía 100 pesos”.


Bergara descartó de plano la posibilidad de un ajuste de cuentas o un hecho relacionado con un drama pasional. “Es obvio que fueron a buscarlo y lo esperaron para sacarle dinero y tal vez él o los delincuentes pudieron haber conocido de estos comentarios y por ello es que buscamos ver quiénes pudieron haber frecuentado los almacenes de la zona a los cuales Demartín, sin que fuera una persona de tomar, iba a estar con sus amigos o a comprar mercaderías”.


Sospechoso


Por otra parte, Bergara señaló sobre la situación del dueño del auto secuestrado, que por el momento no se encuentra vinculado directamente con la causa. “No se encuentra imputado, pero está siendo investigado, esperándose además pruebas y resultados de Criminalística que podrían llegar a modificar esta situación, sin olvidar que faltan testimoniales de algunas personas, que pueden llegar a ser importantes sobre algunas situaciones que se tratan de confirmar”, enfatizó para estimar: “Si se prueban algunos indicios se podrían afirmar las sospechas sobre este hombre que tiene aún varias cosas que aclarar”.


“Se está investigando además si esta persona tenía algún contacto con conocidos de Demartín, y de ese manera afirmar una de las hipótesis que se investiga”, agregó Bergara para añadir: “Lo cierto es que varios testigos reconocieron el auto y lo ubicaron en las inmediaciones de la casa de la víctima”.


Destrozadas


Insistió en marcar el querellante que la esposa y su hija se encuentran “destrozadas, y no es para menos por lo que les ocurrió”. “Más allá de todo, somos optimistas con la investigación de la causa, por los indicios que hay, y por eso necesitaremos un poco más de tiempo para trabajar las pruebas. Por eso esperamos los resultados de las pericias que estarán en pocos días más para afirmar nuestra esperanza de aclarar el homicidio”, alertó.


Por último, recordó que “se secuestró una gorra, pelo, pasto y otros elementos que no deseo mencionar para no alterar la pesquisa”.