En respuesta por la suba de las retenciones a la soja y el girasol anunciadas anteayer, la Sociedad Rural Argentina (SRA), Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), la Federación Agraria Argentina (FAA) y la Confederación Intercooperativa Agropecuaria (Coninagro) realizan hoy y mañana un paro con cese de comercialización de granos, carne y leche, en protesta por la política del gobierno de Cristina Kirchner hacia el sector. Anuncian que, si hasta la tarde del viernes no hay ninguna reacción de parte del Gobierno ni una marcha atrás en la suba de las retenciones, se continuará con la medida hasta el miércoles próximo.

“Queremos expresar nuestro repudio a la política que se lleva a cabo desde el Gobierno para el sector, y que no hace más que comprometer el futuro del país”, dijo Mario Llambías, presidente de CRA. “No peleamos por intereses corporativos. Peleamos porque se les está quitando al país y a sus habitantes una posibilidad de crecer a partir del campo”, agregó Llambías, el responsable de convencer, en tiempo récord, a las otras entidades de adoptar la medida conjunta.


La protesta incluye, además del cese de comercialización de productos agropecuarios en todo el país, la convocatoria a las sociedades rurales del interior a sumarse con asambleas y marchas de protesta. La medida este jueves a las 0 hora y se extendera en principio hasta las 24 de mañana. Si hasta a la tarde del viernes no hay ninguna reacción de parte del Gobierno ni una marcha atrás en la suba de las retenciones, se continuará con la medida hasta el miércoles próximo.


En rigor, el cese de compras y ventas no incidirá en las góndolas en los primeros días, según explicaron las organizaciones convocantes. “El paro no va a generar un problema de desabastecimiento. No queremos afectar al público”, dijeron Pedro Apaolaza y Alfredo Rodes, presidente y director ejecutivo de la Confederación de Asociaciones Rurales de Buenos Aires y La Pampa (Carbap). “Este paro no busca afectar a la sociedad y no va a hacerlo. Justamente, protestamos porque con esta política el Gobierno está afectando la seguridad alimentaria del país”, dijo Eduardo Buzzi, presidente de FAA.


No obstante, el dirigente, en declaraciones a LA NACION.COM, no descartó que la semana próxima, si la medida se prolongara, falten algunos productos esenciales, como la carne.


Alineados


El anuncio de lo que será la primera medida de protesta del agro contra el gobierno de Cristina Kirchner se hizo en la sede de CRA, y no por casualidad. Fueron los ruralistas los que insistieron ante las demás entidades en protestar en conjunto y mostrar un discurso unificado. Esta alineación se pudo ver en la presencia de unos 50 dirigentes rurales y en las declaraciones de los presidentes de las agrupaciones, que mostraron muchas coincidencias.


“Esto es una medida contra la producción, contra el interior, contra el país”, disparó Luciano Miguens, presidente de la SRA. “Estamos cansados de este Estado que es socio en las ganancias pero no en las pérdidas, ya que no nos devuelve al interior lo que ponemos en caminos ni escuelas”, dijo Buzzi.


Hasta Coninagro, representante de las cooperativas que tiene un bajo perfil en este tipo de cuestiones, se mostró crítica. “Somos dialoguistas, pero con una medida como ésta no nos queda otra que hacer un alto. Están pasando por encima a un sector que le da vida al interior”, dijo Fernando Gioino, presidente de Coninagro.


Lo que no se sabe aún es quiénes más, aparte de los productores y la Federación Argentina de Contratistas de Máquinas Agrícolas, acompañarán la protesta. En principio, ya están en marcha las gestiones para sumar a las protestas a los gobernadores (Hermes Binner, de Santa Fe, está en la lista) y a las cámaras procesadoras de alimentos. Sólo se harán los remates de hacienda ya programados, entre los que se encuentra el que hará mañana la Asociación Argentina de Angus, en la Sociedad Rural de Azul.


Mañana, a las 17, se decidirá el futuro del paro, según las señales que envíe la Casa Rosada. Aunque en esto las expectativas de los dirigentes son bajas. Se cree que esto es sólo el comienzo de una lucha que volverá a enfrentar a productores y al Gobierno.