Unos 30 empleados de la fábrica de cartuchos de caza y competición de CTL Activ Argentina SA, ubicada sobre Ruta 12 (kilómetro 486), en proximidades de Cerrito, cesó sus actividades con suspensión de personal el pasado 8 de abril. Existe mucha incertidumbre entre los empleados por la continuidad de la fuente laboral ya que desde la empresa hay bastante hermetismo en cuanto al futuro. Cumplido el plazo reglamentario de 30 días de suspensión se presentarían en la empresa donde podrían conocer sobre la reanudación o no de las actividades. Ante la inesperada decisión por parte de la firma que preside el empresario José Luis Urcelay Vicuña, el abogado que patrocina a los empleados, Flavio Steven, manifestó a nuestro diario digital que sus defendidos “están preocupados por esta situación porque ven esto como una patada final”. En la ceremonia inaugural de la empresa en 2011, junto al entonces gobernador Urribarri y miembros del grupo inversor de Chile y el País Vasco, el titular de la empresa, había asegurado sobre la fábrica: “Será modelo en toda Latinoamérica y ocupará 120 empleados”.
Cinco años después, parece que las promesas han quedado bastante lejos de lo que hoy denota la realidad. Tal es así que por ahora solo tres empleados administrativos y dos serenos, cumplen su función. El resto, deambula por el sendero de la incertidumbre. Y justo en estos tiempos en las cuales los despidos parecen estar a la orden del día.
En este sentido, “ellos la ven mal a la fábrica, no hay ventas, tiene mucho stock, 6 millones de cartuchos sin vender y tuvieron problemas con los insumos: son de baja calidad y vinieron unas sebas fulminantes italianas, ‘pistones le llaman ellos’, que son duros y no explotan”, explicó Steven. “Vendieron unos cuantos chasis a costo de caza el año pasado y fracasaron, quedaron mal con turistas extranjeros y el español no respondió; son cuestiones comerciales”, agregó. “Entonces los clientes fueron a comprar a la competencia que son un poco más baratos y andan bien, encima”.
“Este hombre está haciendo la suspensión de todo el personal con un planteo de reducción del trabajo o causas de fuerza mayor, que, por cuestiones de orden económico, son situaciones que están previstas en la ley de contratos de trabajo, incluso para preparar un despido generalizado pagando la mitad de la indemnización. Si es de buena fe, para conservar la fuente laboral, está todo bien, los muchachos ponen el hombro. Pero también están preocupados porque lo ven como un preparativo de una patada final. Ahí está la situación de preocupación”, insistió.
“Nosotros hicimos una presentación al Ministerio de Trabajo, impugnamos las causales que ellos invocan en cuestiones económicas; las impugnamos porque son una suerte de mal gerenciamiento o de llevar mal adelante los negocios de la empresa. No es una cuestión generalizada de la actividad”, dijo Steven.
Luego, el abogado defensor de los suspendidos hizo hincapié en las dos gestiones que realizaron: “Una fue la impugnación de las causales de la suspensión de los empleados: presentamos un escrito firmado por todos los muchachos, manifestando a qué obedecía la mala situación de la fábrica, y por otro lado informamos en el Departamento de Policía de Trabajo y vinieron a hacer un relevamiento de todo el personal. Ahora están en una situación de asamblea y alerta todos los trabajadores, porque en la consulta frente a la suspensión se preguntaban si en realidad los colocan en una situacion de abandono de trabajo y ellos, en realidad, no quieren abandonar el trabajo”.
Luego, Flavio Steven comentó que en los últimos días los suspendidos han mantenido una reunión con el Departamento de Policía de Trabajo por dicha situación y reafirmó que “acá el tema a resolver es el trabajo. “El problema está y no es que se está fogoneando nada, porque hay familias que están sufriendo”.
Las expectativas que se fueron diluyendo
Al inaugurarse la planta fabril en 11 de Marzo de 2011, con la presencia del gobernador Urribari, el empresario Vasco y titular del grupo inversor Cegasa, Juan Celaya y autoridades locales, se puso de manifiesto que la inversión superaba los 45 millones de pesos. Urcelay Vicuña adelantó que preveían contratar a 120 empleados cuando la planta se encuentre en plena producción. Indicó que de ese total, 50 por ciento iba a ser personal femenino y el restante 50 por ciento masculino. La incorporación de los trabajadores sería acorde a la demanda de los mercados principalmente internacionales.
Precisó que en 2011 ya se incorporarán cerca de 70 empleados y anunció que “desde el mes de abril se estará comenzando con la capacitación en la misma planta e incorporación de trabajadores”.
Luego, adelantó que está previsto que los obreros trabajen un turno al principio, aunque no desestimó que algunos sectores deban realizar dos turnos.
Cinco años después las esperanzas de muchos se fueron diluyendo, el paso del tiempo, el gesto adusto y distante de los empresarios con la sociedad fueron olvidando aquella gran ilusión de una planta fabril como motor de trabajo y desarrollo para Cerrito.