El balance hídrico refleja una situación de humedad muy complicada para la mayor parte de la provincia. El maíz es el primero en sufrir el rigor de esta inusual condición de falta de lluvias. En muchos lotes se han picado las plantas. Como se ve la oferta de agua fue insuficiente. Las mejoras superficiales en las zonas más provistas, se pierden al evaluar las reservas del primer metro de suelo. El promedio para el perfil es sumamente deficitario en toda la provincia.
El maíz es el primero en sufrir el rigor de esta inusual condición hídrica. Si bien es frecuente que en momentos de floración de este cultivo la provincia sufra algún tipo de déficit hídrico, la persistencia de reservas muy por debajo de los valores normales está sesgando de manera muy notoria la posibilidad de lograr rendimientos que permitan lograr rentabilidad de indiferencia.
La mala condición de este cultivo ya se mencionaba en el informe de la semana pasada, donde también se constataba que en muchos lotes se había comenzado a picar las plantas. Las condiciones de humedad que muestra el mapa, lamentablemente inducen a pensar que esta práctica se debe haber afianzado.
Partiendo del escenario actual, el cálculo de las precipitaciones necesarias para revertir la situación de sequía, presenta un piso en los cien milímetros en las próximas dos semanas. Recién con lluvias de ese porte se estarían alcanzando reservas entre regulares y adecuadas.
Al cruzar las necesidades hídricas con el pronóstico, la última semana del año parece que no va a traer un alivio de importancia. A medida que la seca se corre al mes de enero el riesgo del estrés hídrico comenzará a impactar sobre la soja.
El cambio de año, transitará con condiciones atmosféricas estructuralmente similares a las actuales, por lo cual solo se puede aspirar a mejoras parciales.