Maria Inés Carbol fue entrevistada esta tarde por el periodista Armando Sepúlveda de Radio Continental, ante quien reiteró los conceptos de que no tiene ninguna noticia de parte de quienes están investigando la desaparición de su hija Fernanda Aguirre ocurrida el 25 de julio de 2004, cuando tenía 13 años. Su convicción es que la joven fue capturada por una red de prostituciòn, que aun la mantiene en un destino incierto dentro o fuera del país.








Maria Inés Cabrol dijo en su reportaje de está tarde: “no estoy conforme porque no me dan respuestas, la policía no tiene nada, es como que la investigación quedo parada”.
Tal como ocurrió en anteriores oportunidades la madre de la joven opinó que, “sabemos que ella esta en una cadena de prostitución. Es por medio de las notas que ella nos dejo, gracias a ella, porque sino no sabríamos nada de nada. No sabemos si esta en el país o afuera. Hace dos años que no sabemos nada de ella”.
Maria Ines, que vive en la localidad de San Benito, sigue mostrándose con un espíritu de lucha inquebrantable, a pesar del tiempo transcurrido y habla de sus contactos con otras madres que en el país sufrieron situaciones similares. “Estoy en contacto permanente con la madre de Marita Barón y otras madres que no se quieren dar a conocer, también con la mama de Florencia de Buenos Aires y tampoco saben nada hasta el momento. Todas sostenemos lo mismo, son redes de trata de blancas que se llevan a las chicas fuera del país”.
Angustiada la madre repite una y otra vez, “lo que si me parece raro es la falta de respuesta. Como puede ser que se lleven a una chica y no me digan nada, a pesar de que hay dos personas detenidas”.
Finalmente, en su alocución por el medio nacional reflejo su estado de animo diciendo “tengo una disolución tan grande y el dolor que uno tiene que lo único que tengo es fe en Dios, que proteja a mi hija en el lugar donde se encuentre y que en algún momento tenga noticias de ella”.
El periodista cerró su nota bregando para que estos temas se mantengan en la opinión publica como una forma de mantener alertas a quienes actúan impunemente en el negocio de las redes de prostitución.