La bioquímica y toxicóloga de la Fundación Ave Fénix, Patricia Caro, realizó charlas en distintos pueblos de Paraná Campaña y luego brindó una extensa entrevista sobre las adicciones, incluida el alcoholismo. “El 70% de los adolescentes está abusando del alcohol; esto es nefasto para el futuro de nuestro país”, afirmó.
La bioquímica Patricia Caro, dirigente de la organización no gubernamental Fundación Ave Fénix, entidad que lucha contra las adicciones, ante un grupo importante de alumnos y docentes del Instituto “Sagrado Corazón”, habló sobre el daño que producen las drogas en la persona. Caro desarrolló el tema el 21 de abril pasado, en el salón auditorio del ISC. Con posterioridad a la charla, la doctora Caro habló con Paralelo 32 y destacó que la disertación se produjo porque “la llamada de la escuela es efecto del shock que causó la muerte de los chicos en la fiesta electrónica de Buenos Aires. Empezamos hablando de eso y de la necesidad de que los chicos se informen sobre la realidad respecto de las drogas”.
– ¿Dónde deben poner cuidado los padres al mirar sobre las drogas?
— En todas las drogas. En Entre Ríos, en el pueblo más chiquito al que vayan a mirar hay todo tipo de drogas. Tenemos un problema de abuso de alcohol en todo el país. Un 70% de los jóvenes del país abusa de alcohol, tenemos marihuana, tenemos cocaína, hay algo de ‘paco’ aunque posiblemente en los pueblos no, porque se da más en los ambientes pobres. Y hay drogas sintéticas, como éxtasis.
– ¿Es habitual que el adicto ofrezca la droga para conseguir acompañamiento?
— Siempre ofrece, pero no necesariamente se sienten mal si el amigo dice que no. Yo lo veo en mi nieto de 17 años, que tiene compañeros que consumen, que le viven ofreciendo, y les grita un ‘no’ categórico. Y no lo dejan de lado por eso. No es que presionen, va a ser una y mil veces, pero hay que negarse una y mil veces, y eso no significa que se rompa la relación.
Drogas y violencia
– ¿La droga está relacionada con personalidades violentas o que un mal día salen a disparar contra todo el mundo como los killers norteamericanos?
— Por suerte acá tenemos pocos de esos psicópatas o sociópatas. En general, podemos asociar la droga con la violencia. Porque la droga genera desequilibrio en el cerebro entre dopamina y serotonina, esto propende a la violencia. Hoy, la violencia que vemos en las escuelas, en los partidos de fútbol, a la salida de los boliches, en la calle, tiene que ver básicamente con el abuso del alcohol, no necesariamente con drogas prohibidas. Existe una relación directa entre violencia y drogas.
– Se habla del borracho violento y del borracho tranquilo. ¿Pasa lo mismo con los drogadictos?
— El alcohol tiene un doble efecto. Primero, desinhibe ‘corteza’ y el alcohólico, si bien el alcohol es un depresor, al principio se siente eufórico, contento. Canta, baila, se ríe, hace chistes y puede estar violento. Hasta que se inhiben los centros cerebrales y entran en la depresión, llora y se queda dormido. Con el resto de las drogas no se da este proceso. El resto de las drogas con el abuso, la mayor parte, aún las depresoras como el abuso de psicofármacos depresores, que se ha dado en nuestro país.
– Se ha dado y se da.
— Pero ahora no tanto, han caído bastante en desuso. El psicofármaco viene más bien para la ‘bajada’ después del éxtasis. Pero en el abuso de psicofármacos se daba que los chicos tomaban tres o cuatro pastillas. En vez de ser depresor, actuaba como estimulante y la depresión venía seis horas después. El chico que tomó psicofármaco en el boliche duerme después hasta el lunes y no se despierta el domingo. En general, con el resto de las drogas se busca estimularse, sentirse bien. No se da esto de llorar. Pero se puede dar que por alteraciones de conductas inducidas por sustancias, estas drogas que llevan por el camino de la psicosis, el chico llegue a tener episodios de hiperactividad cerebral con episodios de bajón depresivo, donde llora. Esto es lo que empieza a llamarse trastorno bipolar de la personalidad. Voy de ‘arriba’ para ‘abajo’.
Adultos que consumen
– ¿Este trastorno es ‘artificial’, generado por la droga?
— Por el desequilibrio de la serotonina en el cerebro. A largo plazo termina en una psicosis bipolar. Entonces, el episodio de ‘alta’ empieza a tener alucinaciones. Cuando es alucinatorio, empieza a ser psicosis. Es un camino gradual.
– ¿Cómo reconozco el consumo de drogas en un amigo adulto? ¿Hay adultos consumidores sociales de drogas, que podrían tener trastornos conductuales?
— Es muy difícil saber que es por eso. Uno dice ‘este está loco, qué tarado que es, mirá la conducta que tiene, qué agresivo se puso, de pronto está celoso’. Uno no sabe a qué atribuirlo. Ni la persona ni los que están al lado, atribuyen a la droga esos cambios de conducta. Pero lo cierto es que el cambio de conducta está y en general se ve.
– El tipo que se fumó un porro por día desde los 20 años, ¿llega a los 40 o 50 con esas conductas?
— Exactamente. Y a los 40 o 50 está divorciado, porque la mujer no lo aguanta más, porque se pone violento.
Política, economía y narcotráfico
– ¿Qué importancia tiene el narcotráfico en los factores políticos y económicos?
— En el mundo entero, el narcotráfico compra a la política, corrompe todo lo que toca.
– Y a la Justicia
— Cuando hablamos de política, incluyo todo. Hablamos de los tres poderes y las fuerzas de seguridad. El narcotráfico corrompe todo lo que toca, porque mueve la economía del mundo. No puedo hablar de una corriente política en particular, es general en todo el mundo.
– ¿Y lo que estamos viviendo hoy en Argentina es la media mundial?
— Exacto. Igual que el resto del mundo. Lo que es importante saber es que en América Latina somos el primer consumidor de cocaína y marihuana. A pesar de que en América Central hay una zona que se llama ‘el triángulo de la muerte’, donde pasa todo el tráfico de cocaína colombiana y peruana hacia México. Países como Guatemala y El Salvador constituyen el triángulo de la muerte, porque es donde las bandas de narcotraficantes se matan entre ellos. Pero a pesar de ese tremendo tráfico, hay muchos menos consumo que acá.
– ¿A qué se debe?
— Creo que se debe a que nosotros tenemos producción de cocaína local. El aumento del consumo en Argentina vino de la mano no solo del aumento del tráfico hacia Europa, porque la cocaína se saca de los productores hacia Europa vía Argentina, sino que la producción de cocaína local se abarató.
En las villas
– ¿Dónde está la producción de cocaína local?
— En todas las villas, en las famosas cocinas donde está el paco. Bolivia nos pasa la pasta base, la pasta cruda, en tambores que vienen en contenedores de importación que no se pueden revisar.
– ¿Por qué no se pueden revisar?
— Porque lo único que pueden revisar los puestos de control es la guía de lo que trae. Yo figuro muebles, y dentro de los muebles están los tambores con pasta y no se pueden revisar. Porque así son las leyes.
– ¿Ahí está la complicidad?
— Por supuesto, además se podrían tener escáneres para monitorear. Llegan esos tambores y se descargan en las villas. La producción de clorhidrato de cocaína en zona urbana trajo como consecuencia el ‘paco’. Porque el residuo de la pasta también está en Perú o Bolivia. Pero se tira a la tierra. En la villa no lo pueden tirar, se vio que tenía principio activo y podía aprovecharse porque genera adicción y se empezó a vender. Esto ya existía en otros países, pero no estaba en producción porque no se producía en zona urbana. A nosotros nos mató traer la pasta a la villa.
– Hay escuelas donde no pueden tener ‘soldaditos’ de distintos narcos en un aula porque se pelean.
— En las escuelas cercanas a las villas encuentro docentes de nivel primario que me dicen: ‘viene el nene, trayendo los porros en la cartuchera que le manda el papá para vender. Yo no le puedo abrir la cartuchera y secuestrar el porro, porque el padre me va a balear cuando salga de la escuela’. El problema del narcotráfico en las clases más pobres y los hijos de los narcos en las escuelas, ponen a los docentes en peligro y miedo. El docente no se anima a actuar por miedo a la represalia de los padres.
Noche y boliches
– Argentina es quizás el único país del mundo, que comienza la noche de boliches después de las doce. ¿Eso ayuda al consumo de drogas?
— Esto genera en Argentina el abuso de alcohol juvenil. No necesariamente las adicciones a drogas prohibidas, porque están en todo el mundo y en cada lugar por motivos diferentes. Pero que el 70% de los adolescentes abuse del alcohol tiene que ver con la movida nocturna. En el resto de Latinoamérica esto no está. Y yo conozco toda Latinoamérica.
– ¿A qué hora paran en otros lados?
— A las doce. Las fiestas empiezan a las seis y terminan a las doce: un casamiento, una fiesta de quince, lo que sea. De seis a doce, después están todos durmiendo. Entonces, no hay ‘previa’ ni hay ‘post’. Qué pasa después de las seis de la mañana. El ‘after’, vamos a otro lugar a seguir tomando. Somos el país con el mayor consumo de alcohol adolescente, con el 70% de los adolescentes abusando del alcohol. Esto es nefasto para el futuro de nuestro país. Por eso es tan importante que los padres entiendan que hay que retrasar la salida de los hijos a la noche. No se puede estar en los boliches antes de los 18 años, pero la ley no se cumple. Yo, familia, la tengo que hacer cumplir.
Saber y no poder
– ¿La persona adicta sabe qué le produce la droga?
— Saber no alcanza. Porque el cerebro te dicta el deseo, la necesidad. Sabe que le hace mal y no lo puede dejar porque el displacer es muy grande. Cuando la dopamina disparada por la droga bajó, bajó y bajó, nada te hace sentir bien salvo la droga. Es tan grande el displacer que aunque vos entiendas que te está matando, no la podés dejar. Varias veces vino a mi casa un adulto, policonsumidor, trabaja. Es adicto a las drogas, el alcohol y el juego. El hombre se agarraba la cabeza y me decía. ‘yo sé que voy a terminar solo, sé que voy a terminar muriendo, pero no puedo dejar’. Al hombre lo atiende una hermana y tiene la mujer que amenaza con dejarlo. Sabe, pero no puede.
– ¿Qué debe hacer el adicto en recuperación?
— Buscar algo que lo gratifique, sin ser sustancia adictiva. Buscar algo para poder ir a fiestas. No pueden ir más a boliches porque es un ámbito nefasto para ellos. Pero va a tener fiestas familiares y demás. Qué hace para que el alcohol no lo llame. Debe encontrar una bebida no alcohólica, mezcla de sabores, que lo haga sentir bien. Experimentar con termas, bebidas amargas, bebidas dulces, algún coctel personal que lo sienta como su bebida gratificante. En los tratamientos digo que deben buscar un sabor que les de placer natural. Nosotros, en el tratamiento de la adicción somos rotundos. En el momento que el paciente entró dejó absolutamente la droga. Está dos años en tratamiento, sin consumo. Evidentemente, alguna recaída puede haber y hay que volver a comenzar de cero. A los dos años, cuando lo damos de alta, debemos estar seguros que no va a recaer. Por eso, se hace durante tres años más un seguimiento, un alta asistida con sesiones periódicas con los terapeutas. Y después tenemos los pacientes rehabilitados, que ya están muy bien, y van una vez por semana a poner sus cosas en común, para ayudarse.
– ¿Se detectan en una misma familia varios adictos?
— Tres generaciones. En el núcleo familiar chico, generalmente tengo un hijo adicto a drogas prohibidas, y del resto, uno o dos alcohólicos. Y generalmente ocurre que las familias minimizan el problema de los alcohólicos y se ocupan únicamente de los que consumen drogas prohibidas. Ahora, padres de 40 años, con hijos de 20 años que tienen hijos chiquititos, que trafican drogas y las consumen, y a veces usan al chiquito para distribuir, ese chiquito un día va a consumir. Hoy en día tenemos tres generaciones de consumidores en una familia, sobre todo en los ambientes más pobres. El narcomenudeo surge en las villas para llevar el pan a las casas, el narcomenudeo se combate con cultura del trabajo. Si a esta gente le enseñamos que es mejor un trabajo legal con un ingreso a fin de mes que moverse en la clandestinidad, puedo resolver el problema del narcomenudeo y puedo resolver el problema del consumo masivo. Es un trabajo social el que hay que hacer, más que prohibir y mandar la policía.
Detectar signos de adicción
“¿Cómo detectar signos de adicción? Lo hemos charlado con pacientes nuestros en talleres individuales. Nos cuentan que empiezan a perder capacidad de atención, de concentración, no pueden sentarse media hora y leer algo para estudiar. Y tienen poca capacidad de memoria, no retienen lo que estudian. El docente lo tiene que notar en el rendimiento. Dos, el lunes cuando llegan a la escuela hay que detectar otros signos, porque generalmente queda un efecto residual. Con marihuana, el principio activo sigue circulando en sangre hasta tres semanas después del consumo, por lo tanto, un chico que está consumiendo marihuana todos los días, está siempre dopado. Yo voy a notar que ha cambiado su personalidad, que está disperso, que tiene subidas y bajadas de estados de ánimo. Los padres tienen que notar alteraciones de conducta, de estado de ánimo. Después empiezan a aparecer síntomas externos que son más claros”.
— Internándolo. Yo hago los talleres de protección de recaída con los pacientes. Ellos, cuando reciben el llamado telefónico de un amigo con el que se drogan o lo ven por la calle, les viene, lo que llamamos ‘deseo compulsivo de consumo’, que no pueden dominar. A veces puede es la música con la que uno se drogaba. Hay que enseñarles cómo detectar las situaciones que lo pueden llevar al deseo compulsivo. Sí o sí hay que cortar con esas ‘juntas’. Es categórica esa obligación, romper las amistades con las que te drogabas. Es lo más doloroso y es por lo que los adolescentes no quieren tratarse.
Quién es
Patricia Caro es bioquímica, toxicóloga, licenciada en Criminalística y master en drogadependencia. Presta servicios en la Fundación Ave Fénix en el área de prevención y capacitación. Ave Fénix comenzó hace dos décadas en Paraná haciendo prevención en adicciones y dando cursos de capacitación. Hace 16 años abrieron un centro de día para asistencia de adictos. Caro señaló: “Ave Fénix no está relacionada con la Iglesia y no tiene relación con ninguna otra institución, es una ONG laica. Tuvimos un sacerdote como miembro de la comisión directiva, que en este momento no está más. Tuvimos durante muchos años en préstamo una casa del arzobispado para la atención de pacientes. Hoy estamos en otra casa en el centro de Paraná”.