El Arzobispo de Paraná Mario Maulión visitó en la tarde del viernes la localidad de Cerrito. En la oportunidad inauguró una Ermita de Jesús Misericordioso y concelebró una ceremonia religiosa en la Iglesia Nuestra Señora de la Merced. Luego de la misma, dialogó brevemente con la prensa local y adelantó los temas que serán tratados desde el lunes en el marco de la “93º Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Argentina”. Abordó el tema de la violencia juvenil y asumió que la Iglesia tiene que ir hacia los jóvenes con su mensaje, afirmando que “no siempre les damos a los chicos un programa de vida que valga la pena vivir. A veces los desoímos cuando a los chicos no les gusta esto, no es que no les gusta, es que no se lo mostramos encarnado claramente en nuestra vida”El lunes 23 de abril comenzará la 93ª Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Argentina, en dicho conclave estará presente Monseñor Mario Luis Bautista Maulión, quien en su visita a Cerrito hizo algunos adelantos sobre los temas que serán analizados. Refiriéndose a los mismos dijo “cada vez que nos reunimos hay algunos contenidos que se preparan de antemano, en este momento los temas serán la educación, tanto dentro de la iglesia como el aporte que desde la iglesia tenemos que hacer al país. Se van a considerar las propuestas que los obispos argentinos llevarán a la “V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano” en Aparecida-Brasil que estará presidida por el Santo Padre  Benedicto XVI, también se hablará acerca de la relación en la iglesia con los medios de comunicación, temas referidos a la pastoral familiar y lo que surja en la primer jornada de la reunión donde hay un intercambio de opiniones de los obispos que hacen  planteos que posteriormente son tratados”.


Puntualizó seguidamente que tienen una importancia muy grande en la asamblea, los temas de la familia, la educación y la necesaria solidaridad que hay que buscar en la justicia.


 


En su dialogo con la prensa el Arzobispo mostró su preocupación por la creciente ola de violencia juvenil que está presente en la sociedad, planteando en este sentido, los propósitos que la Iglesia pretende llevar adelante. “La violencia juvenil, sobre todo en relación con lo que es la fe y la vida cristiana, a tenido un fuerte embate en toda nuestra cultura y últimamente se esta potenciando en niveles de vida que nada tienen que ver con lo cristiano. Son modelos de matrimonio, de relación entre el hombre y la mujer, no solo en lo afectivo sexual, sino también en lo social que distorsionan la mente y la perspectiva de vida con la cual los chicos y adolescentes se abren a la vida. Junto con ello es cierto que hay un debilitamiento y fragilidad en el ámbito familiar”


 


“A veces en el interior no se nota tanto- añadió el prelado -como se nota en  otros ambientes”. Llegamos a esta situación porque el chico no fue acostumbrado u orientado como pasó con nosotros o con gran parte de nuestras generaciones, que fueron desarrollándose con familias creyentes, no siempre practicantes, pero que los valores religiosos los tenían”.


 


“Muchas veces esa familia se resquebrajó, ya no es como antes. Eso hace, que el día de mañana el chico tenga una especie de orfandad en cuanto a modelos, a estilos de vida y esa orfandad hace que estén desorientados. Entonces las distintas propuestas mucho mas atractivas, pueden fuertemente impresionar”.


 


Monseñor Maulión hizo un llamado a todos los sectores de la Iglesia para trabajar por estar más cerca de los jóvenes expresando que “la Iglesia tiene que ir a los jóvenes, precisamente porque son los destinatarios, hoy y mañana de nuestra acción evangelizadora. Como iglesia tenemos que darnos cuenta de que hay que ir, porque están solos y desorientados. No siempre les damos a los chicos un  programa de vida que valga la pena vivir. A veces los desoímos cuando a los chicos no  les gusta esto, no es que no les gusta, es que no se lo mostramos encarando claramente en nuestra vida”


 


Reafirmando sus conceptos indicó “nosotros tenemos que ser misioneros y llegar a las personas donde están, no hay que esperar que vengan. Tenemos que saber atender mucho a los jóvenes, darles propuestas de vida y entusiasmarlos con lo que es la solución de todo hombre que es Jesucristo”.


 


Finalmente Mons. Mauliòn estimó que su reflexión nos solo es una autocrítica hacia el accionar de la Iglesia, sino que es un examen de conciencia sobre lo que tenemos que hacer, a la vez que afirmó “nosotros muchas veces tenemos colegios con los chicos bastante tiempo y después cuando salen, nos preguntamos, qué pasó aquí. No todo es negativo, se que hay muchos aspectos positivos, pero me parece que nos falta meternos con fuerza cerca del chico y del adolescente para testimoniarle y hacerle que descubra el sentido a la vida”


 


“Por eso, la renovación que nos pidió, Juan Pablo antes y ahora Benedicto, es que tenemos que ser misioneros para obedecer a Jesús, porque Jesus dijo: vallan ustedes a todos, no esperen que vengan y lo tenemos que hacer”, concluyó


 Nota. Graciela Silvestre