La asociación de Víctimas de Delitos Aberrantes de Entre Ríos (Vidaer) realizó este lunes una protesta frente al edificio de Tribunales tras la absolución de Mario Eduardo Pillinger, acusado de participar de dos violaciones en Paraná Campaña junto a su primo Mario Robles, quien fue condenado a 13 años de prisión. La convocatoria se realizó a pesar de una persistente llovizna después que el tribunal dictara una nueva absolución de Pillinger al admitir que no había elementos para acusarlo.

Un pequeño grupo de personas identificadas con pancartas de víctimas de la inseguridad, la mayoría de los cuales no han tenido respuestas en la Justicia, inició una protesta frente al edificio de Tribunales para protestar por la absolución de Pillinger dictada por la Sala I de la Cámara de Crimen, integrada por Daniel Perotti, Pablo Vírgala y Roberto Bonazzola.


Los integrantes de Vidaer destacaron que “la absolución de Pillinger es otra muestra de impunidad que nos da la Justicia entrerriana y que pone en riesgo a toda la sociedad. Por esto creemos que debemos demostrar nuestro repudio”. En tanto, la directora del área de la Mujer de la provincia, Marta Alem, que adhirió a la protesta, expresó que “muchos delitos quedan impunes, aunque las víctimas y sus familiares sepan quiénes lo cometieron. Es que la Justicia no encuentra pruebas para culparlos”.


En el caso de Pillinger, fue nuevamente absuelto por el tribunal en el segundo juicio que se le sigue por el mismo caso -el primer proceso fue anulado por el Superior Tribunal de Justicia. Si bien los abogados querellantes habían solicitado penas de 18 y 20 años de prisión, el fiscal no hizo acusación alguna porque consideró que no quedaron probados los delitos e inclusive aseguró que “hay una carencia total de pruebas”.


La seguidilla de ataques comenzó en junio de 2000, cuando una adolescente caminaba por barrio sur de Crespo y fue interceptada por un Peugeot 306 con vidrios polarizados. De inmediato, dos hombres se bajaron del auto, uno de ellos la encañonó con un arma de fuego e intentó meterla en el vehículo. Sin embargo, los gritos de auxilio de la joven lograron que los agresores desistieran de retenerla. En diciembre ocurrió un caso similar ocurrió en Hasenkamp, aunque la víctima fue trasladada durante dos horas, en las que los delincuentes abusaron de ella, la filmaron y dejaron en un descampado. En tanto, en enero de 2001, en Viale, una joven fue sorprendida a una cuadra de su casa por un Peugeot 306. La aparición de un testigo que visualizó la patente del automóvil hizo que la Policía lograra detener a Mario Robles, quien fue condenado por los tres hechos a 13 años y cuatro meses de prisión.


fuente: el Once digital.