Un informe de la Auditoría General de la Nación (AGN), elevado en marzo a la Subsecretaría de Recursos Hídricos nacional, advirtió sobre la contaminación que las explotaciones termales pueden producir en el Acuífero Guaraní. Según se señala, esto ocurre por la falta de tratamiento de efluentes y por el exceso de sales. La AGN recomienda expresamente “no avanzar con nuevas perforaciones” y “cerrar definitivamente las perforaciones salinas” en Entre Ríos.La importancia que van ganando las explotaciones termales con fines turísticos en nuestra región toman este informe con muchísima preocupación. Las ya existentes en Maria Grande mas los proyectos de construcción en Villa Urquiza, Paraná y Diamante, enfrentarían este escollo que plantea el referido informe.
El objeto de la auditoría fue realizar un “examen de la gestión ambiental llevada a cabo por la Subsecretaría de Recursos Hídricos con relación al Proyecto para la Protección Ambiental y Desarrollo Sostenible del Sistema Acuífero Guaraní (SAG)”. El período auditado fue mayo de 2003-setiembre de 2006.
Dicho proyecto para la protección del SAG, con financiamiento del Banco Mundial, se creó con el propósito de elaborar e implementar un marco común institucional, legal y técnico para la Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, en cuanto al manejo y preservación del acuífero.
El componente V del proyecto establece como objetivo “generar experiencias concretas de gestión en el SAG, en áreas donde existan conflictos potenciales”. Para ello se definieron cuatro proyectos piloto: Riberão Preto (Brasil), donde la fuente de abastecimiento del agua es el acuífero; Encarnación-Ciudad del Este-Caaguazú (Paraguay), que es una zona de explotación agrícola donde se desea conocer la interacción del suelo con el acuífero; los transfronterizos Concordia (Argentina)/Salto (Uruguay), “zona de gran desarrollo turístico con potencial de conflicto debido a la explotación de aguas termales”; y Rivera (Uruguay)/Santana do Livramento (Brasil), un área de recarga del SAG, donde el acuífero se encuentra a escasa profundidad y la concentración de actividades representa una amenaza de contaminación del recurso.
Según la auditoría, el área Concordia-Salto, que comprende unos 500 kilómetros cuadrados, “es considerada crítica por los eventuales riesgos de contaminación o sobreexplotación. Presenta la mayor densidad de población de la zona del Litoral argentino-uruguayo (alrededor de 200.000 habitantes), y constituye un área de desarrollo turístico termal del Sistema Acuífero Guaraní”.
• Verificación
El 12 de mayo de 2006 el equipo de auditoría realizó una visita al Área Piloto Concordia-Salto, para verificar los resultados alcanzados en el desarrollo de la experiencia. El informe dice que se detectó “falta de tratamiento de los efluentes vertidos a los cuerpos de agua (contaminación por exceso de sales)” y la “posible infiltración del agua reinyectada por fracturas del lecho basáltico y consecuente contaminación del acuífero superficial Ituzaingó”.
Otros problemas ambientales son la “posible contaminación del agua del Acuífero Guaraní con agua salada de los sistemas acuíferos asociados. La extracción de agua salada de un acuífero asociado podría conectar al Acuífero Guaraní con estas formaciones salinas, vía irregularidades del subsuelo, contaminando en consecuencia el recurso”.
“Como consecuencia de estos problemas, se manifestó una clara postura de no avanzar con nuevas perforaciones y de cerrar definitivamente las perforaciones salinas”, concluye el informe.