El jefe de la Policía de Entre Ríos- que cada día maneja 10.200 hombres, 2.000 móviles y 400 dependencias aseguró que los problemas económicos del país y la provincia repercuten en los índices de delito. “Es cierto que la falta de trabajo y la situación social tienen incidencia en el aumento del delito, pero la verdad es que va fluctuando. Tiempo atrás predominaba el robo de motos y las motos eran un medio para el delito, pero eso dejó de ser así por los operativos implementados. Después vinieron los delitos virtuales, hasta que desbaratamos una banda de gitanos que atacaban a ancianos y se hacían sumas muy importantes de dinero. Trabajaban en conjunto con cordobeses. Hoy el delito no tiene fronteras. Ahora estamos con los arrebatos, principalmente de teléfonos celulares y lo que nosotros denominamos “entraderas”, que son los robos en los domicilios, sobre todo cuando los dueños no están”, explicó.
Respecto a por qué en Entre Ríos casi no se roban autos, hay pocos homicidios en ocasión de robo, no hay robos a bancos y hay poca piratería del asfalto, pero la provincia se destaca en el país por los muertos en accidentes de tránsito, Maslein analizó: “Son muchos los factores para que los índices sean bajos en lo que se denomina crimen organizado. Influye la presencia policial en la calle, el trabajo mancomunado entre distintas áreas y el análisis diario de cada hecho. También influye mucho nuestra situación geográfica, con todas las salidas controladas. Por ejemplo, quien roba un auto es imposible que salga de la provincia, y eso desalienta a los delincuentes. También influye el secuestro de armas, que en lo que va del año alcanza a 300 unidades en la provincia, de las cuales 110 fueron incautadas en Paraná, números que son muy importantes. Además, estamos hablando de armas de grueso calibre, entre otras 9 milímetros o 38. Que haya menos armas en la calle influye mucho. Por ejemplo, han disminuido las balaceras en los barrios, donde muchas veces había homicidios por ajustes de cuentas, por problemas derivados de la venta de drogas o por la ocupación de terrenos. En esos casos al autor lo teníamos enseguida, pero igual se generaba una sensación de inseguridad en toda la ciudad”.
Y añadió respecto de los numerosos de accidentes viales en la provincia: “Se da en la provincia, pero también en el país. Entre Ríos tiene la particularidad de su relieve y hay que pensar que generalmente los accidentes fatales son choques frontales cuando hay adelantamientos en lugares prohibidos donde no hay visual. En lo que va de este año, la mayor cantidad de accidentes con muertes se produjo en los numerosos días de lluvia que tuvimos. Muchos despistes con vuelcos. Además, no hay una conciencia vial instalada en los conductores, que van a alta velocidad los días de lluvia, no tienen el vehículo en condiciones o se adelantan donde no deben. Sabemos que la conducta humana es preponderante en todo esto, pero en la Policía no bajamos los brazos y seguimos trabajando en educación vial, prevención y capacitación”.
¿De dónde salen las armas de grueso calibre que están en la calle? “Del mercado negro, generalmente. Algunas vienen de otras provincias, otras provienen de robos a domicilios y también a integrantes de la fuerza”. Y opinó sobre cómo impactó en la Policía el descubrimiento de que muchas de las armas que se secuestraban volvían a la calle y al hampa a través de una red originada en Tribunales: “La causa se inició a raíz de un informe elaborado por el jefe de la Comisaría Cuarta de Paraná, que detectó en la calle un arma que había sido sacada de la vía pública. Se inició la investigación que derivó en los resultados conocidos y además posibilitó la recuperación de muchas armas. La sensación fue de haber echado algo en un saco roto, ya que las armas volvían al circuito”.
¿Le dio bronca?, se le preguntó. Y asintió: “Por supuesto. Además, por el pensamiento de que con armas en la calle están en peligro las vidas de los funcionarios policiales”.
Consultado sobre el caso que más lo impresionó en toda su carrera, indicó que fue el femicidio vinculado ocurrido cuando estaba destinado en Concepción del Uruguay en 2005, cuando dos nenas mellizas fueron degolladas por su padre biológico. “Nunca me voy a olvidar. Trabajé en ese caso y fue el hecho que más me impactó, por ver lo que sufrió la madre y por ver a las dos nenas muertas. Fue el hecho que más me pegó y me fraguó en toda la carrera”, confió.
Al asumir Maslein al frente de la fuerza, el gobernador informó que le había indicado como prioridad el combate al narcotráfico. Consultado sobre cuál fue el diagnóstico por el que llegaron a la conclusión de que eso era lo más importante, indicó: “Por la cantidad de jóvenes afectados por el consumo y la adicción que, a la vez, son conductas ligadas a la comisión de delitos. Y también porque la mayoría de los homicidios en Entre Ríos están ligados al mundo de la droga. Por eso estamos decididos a lograr las herramientas para poder dar la pelea al narcomenudeo”.
Inquirido sobre cómo impactó en la fuerza la detención el año pasado de un comisario de Toxicología, implicado en una red de narcotráfico que llegaba a otras provincias, dijo: “Yo no trabajé en esa causa, ya que estaba en el área operativa, pero el actual subjefe, José Lauman, fue quien estuvo a cargo de la investigación e incluso fue quien detuvo a este efectivo. Este hecho, si bien nos aplaca y nos retrotrae por tratarse de un funcionario de ese nivel involucrado en este tipo de delitos, nos fortalece porque fue la propia fuerza la que detectó, investigó y puso a disposición de la justicia a Mario Núñez, que hoy está alojado en el penal de Gualeguaychú, a la espera de la fecha del juicio”.
Sobre las denuncias por apremios ilegales que cada tanto se realizan en distintos puntos de la provincia y cuál es su diagnóstico y su política al respecto, Maslein indicó: “Somos muy respetuosos de los derechos humanos y el personal tiene directivas precisas de cómo debe actuar con los detenidos a los que debe poner a disposición de la justicia. Muchas veces los delincuentes, que tienen todas sus garantías, denuncian que han sido golpeados, pero son intentos de salir de la situación en la que están. No obstante, ante cada hecho, cada denuncia y cada presentación que tenemos, en paralelo a la investigación judicial, iniciamos una investigación administrativa en busca de pruebas. La mayoría de las veces se trata de acusaciones para las que no hay pruebas. Si se comprueba que ocurrieron los hechos, ponemos a los responsables a disposición de la justicia”.
Finalmente, sobre los prostíbulos, afirmó: “Se erradicaron. No tuvimos que clausurar ninguno en los últimos tiempos. Se mantuvo la política”.
Fuente: El Diario.