Unión Agrarios Cerrito se consagró campeón del voley paranaense por segunda vez en se historia y toda la localidad vivió la conquista como un logro histórico para el deporte de esa pequeña ciudad. El Verde logró vencer en la final al multicampeón Rowing, que llegaba como claro candidato, y lo destronó después de tres temporadas en que el PRC había ganado todos los títulos locales. El entrenador del CUAC, Miguel Grandoli contó como repercutió este logro en la localidad vecina a la capital entrerriana: “En Cerrito nos esperaron como 60 autos y nos siguieron en caravana hasta la plaza y ahí festejamos con toda la gente”.

Unión Agrarios Cerrito le arrebató el título paranaense a Rowing y se dio el gusto de dar la vuelta olímpica en el gimnasio de la costanera. Por ese escenario, por ese rival, y por el triunfo 3 a 0 del tercer partido, para el CUAC la del domingo fue una consagración soñada. La ilusión de conseguirla había despertado una gran expectativa en la localidad, que se expresó con una gran cantidad de público que acompañó y alentó al equipo en el decisivo encuentro, y se transformó luego en una alegría que extendió en toda la localidad.


El técnico del elenco campeón, Miguel Grandoli, contó a El Diario cómo vivió el equipo la definición y cómo repercutió la conquista en la ciudad: “Nos juntamos el sábado a la noche y concentramos en la Casita del Ferrocarril. Ya empezamos a vivir el partido porque nos pusimos a mentalizarnos viendo fotos de todo el año y contando recuerdos. El domingo nos levantamos y entrenamos dos horas a la mañana. Después nos juntamos a la tarde y viajamos junto con la hinchada a Paraná”, relató el DT sobre los momentos previos de la tercera final”.


Luego el entrenador analizó el partido de la consagración y expresó: “La idea nuestra era jugar sin presión, disfrutar el momento, y esperar cómo nos planteaban el partido ellos. Lo que hicimos bien fue mantener la concentración y no perder la esperanza. Porque en los dos primeros sets estuvimos 16-12 abajo. Pero jugamos sueltos. Achicamos la diferencia y levantamos los dos sets. Ahí nos dimos cuenta que, sin desconcentrarnos, el partido era nuestro. Notamos el nerviosismo de ellos y lo teníamos que aprovechar. El tercer set no lo podíamos dejar escapar y ellos empezaron a caer y los dejamos en 18”.


Después del triunfo, del título conseguido, los festejos. Grandoli aseguró que “fueron increíbles, en Cerrito nos esperaron como 60 autos y nos siguieron en caravana hasta la plaza y ahí festejamos con toda la gente. Después en el club nos esperaron con una cena y nos quedamos a festejar”, detalló.


Por último, el técnico analizó el significado del logro obtenido y dijo: “Esto sirve un montón porque ya vinieron chicos nuevos a practicar. También es un incentivo para todas las categorías, porque en este equipo varios debutaron en primera. Por eso hay grupo para rato. Todos los chicos de este equipo hicieron desde el minivoley acá en el club. Los colores se llevan adentro y tocarle esa parte a un equipo con jugadores de varios clubes es más difícil. Además en este pueblo esto se vive de otra manera. Ahora nos paran en la calle para felicitarnos por lo que hicimos”, concluyó.