El caso del robo de más de 400.000 pesos en un estudio notarial de la ciudad de Crespo (según lo declarado oficialmente en la denuncia- aunque se presume que habría sido mucho más dinero) estaría resuelto tanto para la Policía como para la Justicia.
Desde la Fiscalía del doctor Juan Malvasio y con la tarea operativa de Robos y Hurtos, se trabajó en la investigación de este robo, en el cual se sindicaron a tres paranaenses como supuestos ejecutores, apoyos logísticos y marcadores de lugares con factibilidad para dar un “golpe”.
La tarea de Inteligencia policial y escuchas telefónicas llegaron a vincular a algunos de estos supuestos delincuentes paranaenses con los famosos integrantes de la banda de Los Neuquinos, incluso la sospecha de que habrían prestado apoyo logístico para el recordado asalto a la familia del empresario paranaense Alcides Bourdín, dueño de la firma Petropack.
En este punto de la investigación surgen las primeras evidencias para esclarecer el robo a la Escribanía Canga-Gassman. Este hecho ocurrió en horas de la madrugada del 2 de septiembre de 2015.
Por estas sospechas, fueron detenidos hace ya casi dos meses Alberto Osuna y Pablo Belloni. A este último se le allanó el departamento que alquilaba en ese momento en planta alta de una concesionaria de motos de Paraná, en calles Colón y San Luís, donde en alguna oportunidad habría desempeñado tareas. Belloni estuvo asistido al momento de su detención por el abogado Marcos Rodríguez Allende.
El tercero y último requerido por la Justicia fue Leonardo Garcilazo, un hombre domiciliado en Barrio Francisco Ramírez, quien se desempeña como empleado municipal, con llamativas ligazones de amistad con algún funcionario de la comuna, lo que abrió un sinnúmero de suspicacias.
Resultaba altamente llamativo que, hasta su detención, Cepillo Garcilazo se movilizara con un automóvil importado de alta gama y cuando se solicitó su detención fuera visto conduciendo una camioneta Dodge Ram, cuyo costo supera la de cualquier utilitaria lujosa y otros lujos que su salario no le permitiría costear.
No obstante, Garcilazo no fue encontrado en ese momento y por este motivo la Justicia intimó a que se presente a la brevedad para responder por acusaciones en su contra.
Finalmente, Garcilazo se presentó en Tribunales, acompañado por un abogado santafesino de apellido Del Sel, a quien había nombrado como defensor.
Por su parte, la joven abogada que trabajaba en la escribanía, fue detenida días atrás, en barrio Aatra, donde habría estado conviviendo con Belloni, quien también era su pareja en el momento en que se produjo el robo, y las sospechas indicaban que ella filtró información que solamente se conocía dentro del estudio notarial sobre el manejo de dinero.
Fuentes judiciales indicaron que “este miércoles se firmaría un acuerdo de partes entre imputados, sus defensores y la Fiscalía para que se reintegre una suma aproximada a los 400.000 pesos al Estudio Notarial Canga-Gassman y se abre el camino para un juicio abreviado en el cual los encartados recibirían condenas, probablemente condicionales”, publica El Diario.