La emblemática e histórica balsa de Villa Urquiza está sin funcionar y es testigo de la escasez de lluvias que afectan el caudal del Arroyo Las Conchas, tal como sucede con el río Paraná, el cual registra la mayor bajante en 50 años.
La balsa “Maroma” está sin funcionar por la bajante que afecta al arroyo, que actualmente “se puede cruzar caminando”, reveló Carlos Cardeña, uno de los integrantes de la familia que trabaja desde hace varias décadas en el lugar.
Ícono del turismo
Con casi 80 años de viajes sobre el Arroyo Las Conchas, la emblemática balsa “Maroma”, que une la ciudad de Paraná con Villa Urquiza, es uno de los atractivos turísticos y un patrimonio histórico de la zona.
La balsa está vigente desde el año 1942 y actualmente está siendo operada por la tercera generación de la familia Cardeña, que este año sufre la falta de actividad.
Se trata de un ícono del turismo y durante la temporada estival, ha llegado a cruzar más de 200 autos por día, con personas de diferentes provincias, que llegan para conocer la única balsa.
Cruzar caminando
“La balsa está sin funcionar”, dijo Carlos Cardeña y agregó que “el arroyo se puede cruzar caminando”.
La balsa de Villa Urquiza es la única que aún funciona por medio de un sistema convencional de malacate. Se trata de un carretel que enrolla el cable y lo larga a la vez. La misma puede soportar cuatro mil kilos. El trayecto que realiza es de 75 metros y acorta camino en más de 17 kilómetros. En época estival, la balsa opera de 6:00 a 22:00 hs. Cada cruce demanda dos minutos y medio.
Los accesos a la balsa
La paralización de la balsa tiene varios factores: la bajante del arroyo y la falta de actividad- producto de la cuarentena- son algunos de ellos. “El arroyo tan bajo también incide. La balsa podría avanzar unos 15 metros y después, por la bajante, habría que hacer terraplén”, dijo Cardeña.
Otro de los factores es el estado de uno de los caminos de acceso a la balsa. Los accesos se ubican por la Ruta 12 y el otro, por el Acceso Norte en la zona de los silos de Colonia Avellaneda. Según dijo Cardeña, “está roto por el desborde del arroyo que hubo a fin de año y no se puede embarcar. Estamos esperando una respuesta de Vialidad”, afirmó.
Un patrimonio para cuidar
Carlos Cardeña sostuvo que pese a la paralización de la actividad, debido a la bajante del arroyo, por el estado del camino y por la cuarentena, la familia se ocupa de cuidar la histórica balsa de Villa Urquiza. “La Balsa es un patrimonio de la provincia y todo el tiempo nos estamos ocupando de cuidarla. No es que está abandonada. Por la cuarentena, anda menos gente pero igual hay que revisarla”, señaló.
“En la balsa trabaja toda la familia y nos vamos turnando: mi hermano, mi hijo, mi cuñado, y a veces nos da una mano mi papá que tiene 88 años”, contó el hombre y agregó: “Nosotros queremos trabajar, pero vamos seis meses (no funciona desde diciembre por falta de reparación del paso y los caminos) y no ingresó un peso del trabajo de la balsa. No tenemos respuesta”, remarcó el balsero.
Fuente: Elonce.